« happy valentine's, unknown »

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Daniel esperaba pacientemente la presencia de su acompañante, apoyando todo el peso de su cuerpo contra una pared de ladrillos que se ubicaba justo al lado de una bien acomodada cafetería, la cual era adornada con distintos accesorios color pastel, dominando el rojo y rosa en su decoración. Obvio, por la temática de San Valentín.

14 de febrero; 16.30 PM.

Revisó su celular por enésima vez en la tarde, intentando convencerse a sí mismo que el muchacho al cual esperaba sólo estaba retrasado y no le había dejado plantado.

Era imposible que en San Valentín sólo le dejara esperando como un idiota, ¿verdad? Después de tres citas anteriores al menos debía tener la decencia de aparecer y rechazarle a la cara si es que no quería nada con él.

Una hora tarde.

Un suspiro se deslizó a través de sus labios, convencido de no haber sido lo suficientemente bueno como para tener a SeongWu en el día de los enamorados.

—¡Feliz San Valentín!

Una exclamación justo frente a sí logró tomar toda su atención.

Miró al castaño que estaba delante de su cuerpo, extendiéndole una caja de chocolates, que por lo visto en su imagen, contenía un delicioso relleno de fresas.

La deslumbrante sonrisa del joven produjo un fuerte latir en su corazón, extrañamente.

—¿P-para mi? —murmuró entre dientes Daniel, confundido por tan repentina aparición.

—Por supuesto. Un chico guapo como tú debería tener un buen día de San Valentín. —aquel chico sonaba seguro de sus palabras, y no dejaba de sonreír con los ojos clavados en la mirada de Kang. —Ten. —aproximó el obsequio al cuerpo del ajeno, incitándolo a recibirlo.

—Gr-gracias, supongo. —Daniel cada vez entendía menos la situación, pero no dudó más cuando notó la insistencia del muchacho, el cual vestía con un tierno traje de oso gigante, a excepción de la cabeza. —¿Acaso es un trabajo de medio tiempo? —cuestionó, armando el rompecabezas del porqué un extraño le regalaba chocolates sin esperar algo a cambio.

Una risa se hizo presente en el ambiente que envolvía a ambos, por parte del castaño. —No.. Bueno, en éstos momentos no estoy trabajando, antes lo hacía, hace un par de minutos atrás.

—Entonces, ¿a qué se debe ésto?

—¿Los chocolates? —dudó. —Sólo quise darle un pequeño regalo a un guapo chico que se veía solitario. ¿No te gustan?

—Me gustan. —sonrió finalmente Kang, pasando su diestra por su (hasta ese momento) arreglado cabello.

—Soy Park Jihoon. —se presentó el (hace poco) desconocido, mordiendo el interior de su mejilla por los nervios que sentía.

—Kang Daniel. —se aproximó con descaro al rostro del ajeno, viendo con más detalle cada una de sus facciones. —¿Podría saber cuántos años tienes..?

—Diecinueve. —contestó decidido, dando un paso atrás por la repentina cercanía del rubio.

—Aún eres un niño.. —el de mayor estatura dio lentos pasos, rodeando al castaño para alejarse de él con calma.

—¡No soy un niño! —Jihoon se dio una rápida vuelta, esperando no perder de vista a aquel atractivo chico. —Tú tampoco te vez tan mayor.

—Veintidós, chico.

—Pff. —burló. —Tres años no son nada. —cruzó sus brazos, molesto por la actitud que tan repentinamente había adoptado.

—¿No te molesta? —detuvo su caminar, rodeando sobre sus propios pies para volver su vista al castaño. —Entonces.. deberías quitarte ese traje que llevas, cambiarte, y dejar que te invite a un chocolate caliente.

Un sonrojo atacó las mejillas de Jihoon, avergonzado por aquella abrupta invitación.

Sólo se dedicó a sonreír, asintiendo.

one-shots; nielwink.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora