Capitulo 4: El viajero del alba

3.7K 221 112
                                    

Era increíble lo que podia cambiar tu vida de un dia a otro. Yo sinceramente ya me había resignado a ver de nuevo a mi hermana, al menos viva. Y ahora descubro que ella sigue viva, que podré abrazarla de nuevo, ver esos ojos azules idénticos a los míos y escuchar de nuevo su voz. Podré decirle que nuestra madre murió y que la he extrañado mucho. Oh, podré decirle tantas cosas.

Sentía que todo sucedía muy rápido, en un momento estábamos nadando en pleno océano y ahora nos encontrábamos dentro de un barco en Narnia. De vuelta en Narnia.

Sentía que todos mis sentidos se habían desconectado de mi cuerpo, no escuchaba nada, solo veía un punto fijo, mi cuerpo no respondía. Miles de pensamientos azotaban sin piedad mi cabeza.

Una puerta se abrió y el tiempo se paralizó. Alta, rubia y de piel pálida ahora bronceada, mi hermana me sonrió y se acercó con los brazos extendidos hacia mi.

Mi cuerpo no reaccionaba, simplemente me había quedado estática, al sentir los brazos de mi hermana abrazándome una corriente eléctrica me recorrió el cuerpo permitiéndome mover mi cuerpo. Inmediatamente la rodee con mis brazos y lágrimas de felicidad cayeron por mis ojos.

La brisa azoto mi cabello y se llevó las lágrimas que se deslizaban por mis mejillas, lentamente me separé de mi hermana y la miré sorprendida.

— Dahlia — Susurre con el corazón latiendo fuertemente.

Una sonrisa ladina se asomó por su rostro, esa típica sonrisa de arrogancia.

— Hola hermanita — Me dijo divertida, aun conservaba su acento britanico y su voz era aún más suave de lo que la recordaba.

Sin poder evitarlo me lance a su brazos, como había extrañado sus abrazos, sentir el latido de su corazón y sus típicas palabras de aliento con sarcasmo, algo que me hizo mucha falta cuando murió mi madre.

— ¡Susan! ¡Peter! — El gritó de Lucy se escuchó por toda la cubierta, rápidamente Dahlia y yo nos separamos.

Lucy corrió hasta sus hermanos, siendo atrapada entre sus brazos. Edmund estaba de pie, con Henrik en brazos y completamente estático, Henrik por el contrario se encontraba muy inquieto y quería ir con sus tíos, los cuales aún recordaba.

Camine hasta Edmund y le quite a Henrik de los brazos, a este lo deje en el suelo y él corrió a los brazos de su tía Dahlia. Mire a Edmund y le apreté la mano, en señal de apoyo. No era para nada fácil ver después de tanto tiempo a tus hermanos, más pensando que estaban muertos y que nunca más los verías.

Edmund soltó mi mano y corrió hasta sus hermanos y los cuatro se abrazaron con añoranza, el tiempo se detuvo y por ese segundo eran sólo ellos.

Yo fui hasta Dahlia y sonreí al verla abrazar con a Henrik con lágrimas rodando por sus ojos, tenía en su rostro plasmada una enorme sonrisa, idéntica a la de mi madre.

— Hola tía Dahlia — Le dijo Henrik sonriendo.

Dahlia lo miró sorprendida.

— Hola cariño — Dijo con una sonrisa.

Los Pevensie se separaron, agarre la mano de Henrik y juntos caminamos hasta Susan y Peter. Mi pequeño al ver de nuevo a sus tíos corrió hasta ellos y los abrazo.

— ¡Tía Susan! ¡Tío Peter! — Gritó Henrik para luego abrazarlos, Susan y Peter le devolvieron el abrazo muy felices.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 30, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Back| Las crónicas de Narnia|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora