2: sencillez

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Jaebum caminó entre las mesas de la cafetería con el menor siguiéndolo un poco más atrás. La verdad, YoungJae y él llevaban varios días hablando y juntándose en la cafetería, Jaebum pretendía lucir molesto e incómodo con la presencia del menor, pero la verdad no se sentía así en absoluto, y eso comenzaba a asustarle.

Tomaron asiento en una de las mesas sorpresivamente vacías.

—YoungJae, ¿puedo preguntarte algo? — el nombrado asintió — ¿Por qué comencé a gustarte? — ahora YoungJae se sonrojó y una sonrisa apareció en su rostro. A ojos de Jaebum fue una imagen preciosa, pero no podía dejarse encantar, pues de seguro, al igual que todos, comenzó a gustarle sólo por su belleza.

—¿No le había dicho? Fue principalmente porque usted es muy muy increíble... Lo descubrí desde que se mudó a la casa de al lado — y ahí fue donde Jaebum recordó. Él se había mudado hace unos dos — casi tres — años a la que es actualmente su casa, pero no era ese el hecho que tanto lo perturbaba, sino que hace unos tres años era un completo perdedor.

Recordar a su yo de hace tres años era una tortura para Jaebum. Solía usar ropa muy ancha debido a que estaba un poco subido de peso, su cabello estaba teñido de gris porque, según sus ex amigos, se vería muy genial, como un personaje de Dragon Ball, luego descubrió que le mintieron y que el color gris no le favorecía para nada. En ese tiempo además, tanto chicas como chicos lo evitaban a toda costa. Estaba en el último lugar de la cadena alimenticia de popularidad. Pero entonces, ¿cómo había logrado encantar a YoungJae?

—P-pero... En ese tiempo daba asco — la sonrisa de YoungJae se borró al instante cambiando a un ceño fruncido.

—¡Claro que no! En ese tiempo e incluso ahora sigue siendo el Hyung más genial. Le contaré la pequeña historia que un niño de catorce años presenció por su ventana — Jaebum le prestó total atención al menor, curioso por saber que motivos lo habían llevado a gustar de él — Hace casi tres años se mudó una nueva familia a la casa de al lado, pude notarlo fácilmente porque observar por la ventana de mi habitación era mi pasatiempo favorito. De un auto azul salió una bella mujer, un hombre muy alto y un chico con un color de cabello muy peculiar que de inmediato llamó mi atención. Ése chico acostumbraba a salir a su patio trasero y practicar algo que parecía ser taekwondo, y soltaba unas frases muy extrañas, ese chico también se preocupaba de regar las flores todos los días.

—¿R-realmente me viste haciendo eso? — YoungJae asintió.

—¡No se sienta mal, Hyung! En ese entonces lucía realmente genial. Aunque ahora que lo pienso sí es un poquito gracioso, lo siento. Continuaré... Bueno, ese chico cautivó toda mi atención por varios días, en especial por lo sencillo y sincero que parecía. Me hubiera gustado salir y hablar con él, pero yo era demasiado tímido y algunas personas me llamaban “molesto”, y yo no quería ser molesto para usted. Un día estaba en cama debido a una fuerte fiebre, desperté debido a unos maullidos provenientes del árbol en mi patio delantero, aparentemente un gatito estaba atrapado ahí. Yo sin dudar hubiera bajado a ayudarlo, pero apenas logré llegar a la ventana sin marearme. La gente pasaba y nadie hacía nada para ayudar al pobre animalito, nadie excepto usted. Casi como un superhéroe salió de su hogar corriendo con una escalera plegable entre sus brazos. Creo que ni fue esa hazaña la que me llevó a gustar de usted, Hyung, más bien fue la hermosa sonrisa que mostró luego de hacerlo, podría jurar que brillaba, al menos para mí... Y bueno, esa es la historia de cómo comenzó a gustarme, aunque me di cuenta hace muy poco tiempo y todo gracias a las chismosas de mis compañeras de clase.

Jaebum estaba en silencio, incapaz de responder, al menos no algo coherente. Jamás hubiera imaginado que alguien podría sentir algo por él durante tanto tiempo, aún cuando lució de esa manera, tan lamentable, aún cuando tenía delirios de personaje de animé. De hecho, ¿YoungJae había sido siempre tan bonito?, ¿por qué ahora lucía tan maravilloso, hasta el punto de hacer latir su corazón?, ¿fue tal vez su sinceridad? No lo sabía, y probablemente no podría responder a esas preguntas aún.

—V-voy al baño.

—Bien~ lo esperaré aquí para continuar nuestra conversación, Hyung — la verdad, Jaebum dudaba poder continuar la conversación sin desmayarse en el proceso.

Prácticamente huyó del menor, aunque de hecho sí fue al baño, pero sólo para calmar sus latidos. Tenía muchas cosas que pensar acerca de YoungJae y acerca de lo que estaba sintiendo en ese momento.

Me gustas tanto, Hyung. [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora