Los personajes de Boku no Hero Academia no me pertenecen, sólo el amor que les tengo.
*Muchas posiciones de los jugadores tiene nombres diferentes a los originales, los puse de esta forma para que se entienda sin la necesidad de conocerlos y no se terminen complicando con algo sin real importancia en la historia.---
Cambio de rutina
Los días de Inasa seguían un estricto régimen. Se levantaba a las cinco de la mañana, salía a correr, iba al gimnasio a levantar pesas hasta que fuera hora del entrenamiento de su equipo. Se bañaba en las duchas del colegio, desayunaba y asistía a clases. Almorzaba —al igual que el resto de las comidas siguiendo un régimen estricto— luego más entrenamiento con su equipo, pesas, cena, correr y a la cama. Todos los días el mismo entrenamiento para seguirse asegurando como el mejor defensor de la prefectura.
Pocas cosas cambiaban su rutina, la primera era un nuevo compañero en la ruta de trote. La ruta se extendía junto a la orilla de un río en las cercanías de su casa; muchas veces en el camino de había encontrado diversos hombres y mujeres de diferentes edades, pero era la primera vez que le prestaba atención a uno. Iba un par de metros por delante, era de menor altura y corpulencia —pero sin faltarle de ambas, sino teniendolas de forma más estética— tenía una cicatriz en su ojo izquierdo y el cabello dividido en dos colores, pero eso no arruinaba su atractivo; es más, Inasa podía jurar que era el hombre, no, persona más hermosa que hubiera visto. Tan distraído estaba en su embelezamiento, que por su camino se terminó chocando con una persona que iban en sentido contrario. Al levantarse del suelo y disculparse, la bella visión se había alejado; y a él se le hacía tarde para el gimnasio.
Durante todo ese día su rutina estuvo acompañada con la visión del joven que sólo pudo ver unos instantes.
Cuando volvió a la ruta aquélla noche no lo vio por ningún lado.
Tenía las esperanzas puestas en el día siguiente, así que se retiró a descansar más temprano esa noche. Su mente estaba demasiado desconcentrada para pensar en correr o —cómo más tarde descubrió— dormir. Sin entenderlo bien, no podía alejar a ese desconocido de su mente.
Todos sus días seguían el mismo pensamiento, pero este era diferente. Desde hace años lo único en lo que pensaba era en la grandeza de su equipo, en entrenar para ser mejor. En ganar trofeos, la Christmas Bowl como en años anteriores y que lo recluten las grandes ligas. Jugar en Estados Unidos. Este año terminaría la secundaria y según les informó su mánager, Seiji; abría un reclutador en el partido de la final. Quería ser visto, necesitaba ser visto. Su mente necesitaba concentrarse en eso, y la obligó a hacerlo al cerrar los ojos.
Pero a la mañana siguiente su mente decidió seguir un camino contrario. El chico estaba nuevamente allí.
Los siguientes días fue lo mismo. Sin darse cuenta empezó a saltarse el gimnasio para poder correr otra hora de más y seguir viéndolo. La era fascinante. Su expresión calmada, sus ojos de diferente color; hasta que un día —el último día de la semana— algo cambió. La ruta cotidiana del chico de la cicatriz se vio interrumpida por dos jóvenes, que primero fueron corriendo a su lado hablándole; con el contrario mordiendo sus labios he ignorandolos, hasta que el más alto tomando velocidad se adelantaba para pararse frente suyo; obligándole a dirigirle la palabra. Entre los tres tuvieron una ardua discusión, hasta que el menor de cabello verde lo tomó del hombro y este lo alejó ofuscado.
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InaTodo Week
FanfictionEllos se alejaban o se quedaban en medio de todo, sin notar a nadie más. Mirándose, sintiéndose, amándose. Sólo ellos dos, dejando que el tornado helado los consumiera. 27/8 - Enfermedad Hanahaki 28/8 - Todos esos dulces signos de afecto 29/8 - Depo...