#7 (Epílogo)

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—Yo también me enamoré de un vivo, una persona que tenía una vida por delante, pero prefirió elegirme a mí. Él era muy pequeño cuando nos vimos por primera vez, nos reencontrabamos cada invierno en un bosque de las grandes montañas. Yo también vi como pasaba de ser un niño a ser un hombre, presencié como desperdiciaba su vida por pasar segundos conmigo que para él se acabaron convirtiendo en años. Él era tan apuesto...—suspira con melancolía mientras una lágrimas amenzan con salir de sus ojos azules, su voz se alarga de vez en cuando para dar a entender que le cuesta relatar aquel recuerdo.—Sus cabellos eran de un color castaño, ojos esmerlada, su tez de un leve bronceado adornada con pecas, su sonrisa...su sonrisa enamoraba a cualquiera. Los dos nos enamoramos, pero no podíamos estar juntos porque el destino nunca nos quiso ver a la par. Él tenía detrás suyo a una hermosa mujer que lo amaba incondicionalmente, la persona que amé nunca pudo verla más que una amiga y mediante los años pasaban, su energía vital se iba desvaneciendo, aún así nunca tocó a otra persona que no fuera yo, nunca se casó, nunca formó una familia y nunca se enamoró de otra persona que no fuera yo.

"No llores más porfavor" Suplico en mis propios pensamientos al verlo tan vulnerable, pero sigue con su relato a pesar de que esta sufriendo.

—La mañana del comienzo del invierno, la joven que siempre estuvo detrás de él se convirtió en una mujer bastante mayor, de ojos tristes y apagados, largos cabellos blancos y un semblante serio, la cual miraba una tumba cubierta de nieve. Ella podía verme y me reclamó que su amigo nunca tuvo la oportunidad de vivir y que siempre pasaba sus días a base de una ilusión. Se llamaba Hiccup, aquella mañana del comienzo del invierno, él no regresó al bosque donde solíamos encontrarno, sus ojos verdes se cerraron y su tiempo se acabó en este mundo. Mi único deber era hacer felices a los niños y traer el invierno, pero el destino no se preocupó por mis sentimientos.

—¿Nunca lo volviste a ver?—Pregunto con desesperación temiendo que su respuesta sea la que pienso y su historia trágica me ocurra a mí.

—Nunca más supe del chico que conocí hace casi II milenios.—Me siento como si me dieran un fuerte golpe en el pecho, pero solo es la realidad que me cae directamente.

—Tengo que irme, debo irme, lo siento.— Me dice algo que no escucho porque con rapidez me marcho, no me sigue pero yo acabo llegando a la mansión de Adrien.
Nada más entrar lo veo aparecer por las escaleras principales.

—¿Dónde estabas?—Pregunta eufórico, se acerca a mí y me abraza, para después separarse. Siento que estoy insconciente de todo lo que pasa y solo tengo la necesidad de llorar, de nada más, tengo tantas ganas de llorar que pienso que mis lágrimas salvarán del cruel destino que le espera a Adrien.—¡Reacciona!—Me ruega y sus esmerladas como ojos expresan tanto que mi poca capacidad para pensar en estos momentos no me deja descifrarlo.

—Estoy bien, no pasa nada...—En mi titubeo, eso es lo único que sale de mi boca, expulso esas palabras como si me costara.
No quiero decir nada más porque no tendría sentido y sobre todo acabaría llorando. Estoy demasiado afectada, pero él no debe saberlo.

—¿Cómo que no pasa nada? Desapareciste todo el puto día y no me has dicho nada. Tú nunca te habías ido lejos sin decir completamente nada.

Parece atormentado por algo.

—Adrien, cálmate, por favor.

Necesito irme, no puedo seguir en esta situación porque le diré todo el miedo que siento de perderlo a él también.

—¡Marinette me llamó!¡Me exigió una respuesta a que tú supuestamente te apareciste en su habitación!¿Hiciste eso ________? Explícamelo.

"No te pongas tan histérico, porque yo también puedo hacer eso."

"A Tu Lado" [Adrien Agreste]-TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora