Capítulo #1 - "Un chico inútil"

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Otro día en la preparatoria, sentado en mi lugar dibujando una que otra estupidez en mi cuaderno. La maestra explica temas nuevos, pero no pongo atención... perdí la inspiración para sacar buenas notas, actualmente sólo me preocupo por dibujar y hacer amistades; lo peor es que ninguna de las 2 cosas hago bien... realmente soy una persona inútil.

Continúo haciendo la anatomía, cuando de repente oigo una voz resonando de entre todo el ruido que había en el salón.

–¡Señor Nurukuma! ¿Podría decirme que está haciendo?– dice en tono enojado una mujer que desperdicia su vida enseñando a adolescentes que nunca usarán lo que explica a diario, de seguro todos terminarán siendo youtubers.

Ahí es cuando me pregunto, ¿por qué tenemos una mentalidad tan conformista? Con tal de que ganemos dinero estaremos felices, y nunca haremos algo para crecer como personas, somos algo jóvenes para pensar en eso... pero supongo que deberíamos comenzar a planear lo que haremos después de graduarnos, pues estamos en preparatoria; ya es hora de definir a lo que nos dedicaremos en nuestros siguientes aburridos años de vida.

Perdido en mis pensamientos, vuelvo a oír un agudo e irritante sonido resaltar de entre la multitud. –¡Señor Nurukuma, le estoy hablando!– dice la actual profesora de historia. Siento un escalofrío, y contesto temblorosa mente –N-nada maestra, son sólo los apuntes...– a lo que ella pide que le lleve el cuaderno para ver si de verdad estaba escribiendo algo sobre la clase. Al menos esta vez no dibujé un cómic ofensivo sobre ella...

Al ver mi obra, la maestra muestra una expresión de asombro, igual que la que hacen muchas otras personas al enseñarles mis dibujos. Comencé a dibujar de verdad a los 11 años, y he mejorado bastante, puedo hacer dibujos bastante elaborados pero por el momento me gusta más hacer cómics o personajes estilo anime. Normalmente denigro mis dibujos, y todos dicen que soy un poco pesimista, pero yo creo que soy más bien... realista.

La profesora luego de unos segundos de observar detalladamente mi dibujo, dice –Vaya, dibuja muy bien... Pero le recomiendo guardar eso para la clase de artes, o puede unirse al club de dibujo, se reúnen después de clases en el salón de 2°A...– dice un poco entusiasmada. –Gracias, maestra. Me iré a sentar.– digo yo interrumpiéndola, me irritaban un poco sus constantes gallos y no me gustaba durar mucho tiempo de pie, todo el salón se me quedaba viendo y eso es muy incómodo para mí.

Tomo asiento y sigo dibujando de forma más discreta, parece que la maestra se da cuenta pero no le da importancia. Después de unos minutos, suena la alarma que indica el comienzo del receso. Todo mundo sale corriendo, pero yo normalmente me quedo un poco más para terminar mi obra, no me gusta ser interrumpido.

Acabo el dibujo, guardo el cuaderno, tomo mi almuerzo y salgo al patio... el lugar donde mi autoestima desciende aún más; ver tantas personas con tantas cualidades me hace denigrarme mucho, por lo que me doy prisa para llegar a la banca donde están las únicas personas que se tomaron el tiempo de conocerme... yo les llamo “amigas”. Y lo poco usual, es que todas son mujeres... nunca he sido bueno relacionándome con los varones, no me agrada su humor ni su forma de tratarse entre ellos, a parte de que no creo que sería aceptado en su manada de “machos”.

Tomo asiento en el lugar de la banca que me reservaron, digo –¡HOLI~!–  y todas al mismo tiempo corresponden el saludo.
–¿Qué tal les fue hoy?– dice Mary, la chica ojiverde de cabellos rubios que ha cambiado mis expectativas sobre ella... al inicio la veía sólo como una chica más, pero me tomé el tiempo de conocerla y ahora la atesoro con todo mi corazón, una prueba más de que no debes de juzgar a alguien por su aspecto.

–¡Re-bien!– dice Iris, una de mis personas favoritas, siempre tiene algo divertido que decir y me brinda todo su amor. –La maestra de artes dijo que mi trabajo era espectacular, y lo inscribió en el concurso de la AAEM (Academia Artística del Estado de Mangetsu) y si gano, tendré 1,000,000 de lindólares y, a parte, ¡un curso de animación dado por la mismísima Beth
Dessin!– dice con un brillo en sus ojos la pelicastaña.

Todos aplaudimos, a lo que ella responde –Gracias por siempre apoyarme, sin ustedes no hubiera podido hacer esto... los amo demasiado– dice mientras da un abrazo a las 6 chicas (contándome a mí como una) presentes ahí. Todos gritamos nuestro lema mientras saltamos. –¡TEAM BANCA UNIDO, JAMÁS SERÁ VENCIDO!– decimos eufóricamente, elegimos ese nombre ya que desde nuestros inicios nos sentamos en la misma banca detrás del cerezo más ancho, y ahora es una tradición nuestra.

Después de eso continuamos hablando sobre los temas comunes; memes, vines, chicos, pop coreano, anime, y... referencias seductoras, sin olvidar el vídeo de Killie Jenner preguntando: ¿ESO ES UN POLLO?

Suena la alarma para que volvamos a nuestros salones, Iris toma el camino contrario al de nosotros porque los profesores decidieron que estuviera en la otra sección, ya que si la pusieran conmigo haríamos un completo desmadre.

Al llegar al salón, tomo asiento y saco mi libreta más íntima, a la cual yo suelo llamar “diario”, donde escribo más puberteces y hago dibujos estúpidos.

El recreo de hoy fue bueno...
pero me entristece que todas han tenido varios logros y yo soy el único que no se esfuerza por mejorar en nada y sólo le interesa pasar la preparatoria, mis metas se ven aún más difíciles desde donde estoy justo ahora, o mejor dicho, donde yo mismo me coloqué. En conclusión...

soy un inútil.”

"La Vida Común de un Chico Común"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora