-Jimin.
-Jaeri.
Sus oscuras orbes no dejaron de recorrer mi rostro entero por unos cuantos minutos que llegaron a parecerme horas, como si se cerciorará de que la imagen que tenía frente a él fuera real. Me encontraba en la misma situación. Me negaba con todas mis fuerzas a creer que nuestras vidas se volvieran a cruzar tan pronto, aunque era algo que debía pasar, lo quisiéramos o no.
Allí estaba, justo a unos pasos de mí. Cabello negro peinado hacia atrás, ojos rasgados color café, nariz pequeña y unos labios rosados y carnosos que a cualquier chica le apetecería probar, además de un increíble cuerpo no acto para cardíacos... Pero no engañaba a nadie, esa solo era una de sus muchas facetas, aun después de tanto tiempo sabía que en él aun habitaba aquel chico tímido y amable con el que compartí más de la mitad de mi joven vida. Quién mejor que su melliza para confirmarlo.
-Jaeri, yo...- Lo mire expectante, rogando que terminara con el silencio incomodo que se había filtrado en la habitación. Al final solo saludo con un simple "hola" mientras expulsaba el aire en un débil suspiro y bajaba la vista a sus zapatos.
-Eh... Hola.
Quise abofetearlo y luego repetir el procedimiento conmigo misma porque después de tanto tiempo sin saber del otro, al parecer, lo único que teníamos para decirnos era un mísero "hola". Hoseok, quien ahora estaba en serios problemas por traer a mi hermano de donde sea que haya estado estos últimos dos años, se tomó la libertad de hacernos reaccionar para que nos quitásemos del medio y tomáramos asiento.
-Bien, ha pasado bastante tiempo... ¿Dos años, no?- Asentimos a la par y Hoseok suspiro resignado, asumiendo que para el esa sería una mañana bastante larga.- Ya que ninguno de ustedes quiere hablar entonces lo haré yo.- Se inclinó un poco hacia el frente y nos miró a ambos con los ojos entrecerrados y el ceño levemente fruncido.
-Necesitamos a alguien confiable y que esté en todas sus capacidades a la hora de afrontar cualquier tipo de dificultades. Y qué mejor candidato que tu hermano.
-No creo que el sea alguien del todo fiable.-Lo conocía lo suficiente como para saber eso de sobra. Hace dos años me lo había dejado más que claro.
-Lo siento pero no soy niñero.
Jadeé incrédula ante sus palabras. Sabía que si algo no soportaba Jimin era que le dijera las verdades en su cara.- Lo más seguro es que lo digas porque ni siquiera eres capaz de cuidar de ti mismo.
-Puede que no, es cierto. Pero al menos no me ando metiendo en cosas que no entiendo ni puedo manejar.
Una risa amarga emanó de mi persona, nacida de los recuerdos de nuestras discusiones pasadas. -Lo siento, por poco olvido con quien estoy hablando.- me dirigí a mi amigo antes de marcharme de allí.- Hoseok, lo siento pero si Jimin también está en esto me temo que no va funcionar. Me voy.
Hobi no tenía la culpa de nada de lo que ocurrió en el pasado con Jimin y aunque no fue mi intensión, el tono de mi voz sonó totalmente frío y demandante. De todas formas, sin importar cuanto quisiera disculparme con él no podía retroceder, así que me levante y decidí darme la vuelta para tratar de salir de allí lo más rápido posible. Pero Hoseok fue más veloz que yo y se levanto para tomarme del brazo y hablarme con una dureza un tanto impropia de su persona.
- Park Jaeri, escúchame bien. Se que para ti Jimin no es la mejor persona de este mundo y lo comprendo. Pero, ¿en serio vienes a decirme que quieres desistir de lograr una de tus metas en la vida solo porque tu hermano empezó a provocarte con unas cuantas palabras carentes de sentido?
Guarde silencio esperando a que continuara. Después de todo me estaba comportando como una adolescente malhumorada y sin una razón lo suficientemente justificable.