No había rastro del patín ni de los chicos a lo largo de toda la playa salvo el trozo de escalera.
Miguel ya había dado parte a la guardia civil de su desaparición para que se encargara del caso.
Volvieron con la lancha al puesto de Omar para informarle y tranquilizarlo.— Mi comandante, ¿Que está pasando?—.
— Hemos recibido un aviso de la cruz roja sobre la desaparición de cuatro chavales en un hidropatin alquilado a Omar, lo conoces supongo—
— Si ,lo conozco— contestó Natalia.
—Además, nos llamó hace un momento un pescador en un fuerte estado de nerviosismo por algo que había "pescado" en la parte de atrás del castillo, en el rompe olas del bufador—.
— Quiero que se presente allí con Cabanes y vea lo que hay, mientras mandaré al cabo Salcedo para que hable con Omar y con el jefe de salvamento de la cruz roja, a ver qué pueden averiguar, andando, y tenganme informado——Porsupuesto mi Comandante, a sus órdenes,le tendremos informado— contestó Natalia.
Natalia y su compañero llegaron dónde se encontraba Paco, no sin dificultad. Estaba sentado sobre una roca plana, tenía muy mal color, pálido, y movía la cabeza de lado a lado repetidamente a la vez que balbuceaba algo ininteligible.
—Paco, qué ocurre, que te pasa, porqué estás aquí, sabes de sobra que está prohibido pescar en esta zona, es muy peligroso— dijo Natalia cómo reprendiéndole.
Natalia conocía a Paco porque era el padre de una de sus mejores amigas.
Paco no dijo nada, siguió mirando al mismo punto, pero señaló a su izquierda con la mano, indicando algo.
Los dos guardias se dirigieron lentamente hacia donde señalaba Paco. Conforme se iban acercando se dejaba ver la caña de pescar y unos metros más allá un bulto que obviamente estaba enganchado al anzuelo. Cuando se encontraban ya encima , Cabanes se volvió rápidamente a su derecha y echó todo lo que llevaba en el estómago.Natalia, que en ese aspecto era mucho más fuerte, aguantó el tipo y se agachó para verlo mejor:—¡Uff, es una pierna seccionada por encima de la rodilla!¡Esto tiene que ser obra de alguna hélice de un barco, sino no me lo explico!— mencionó Natalia aún impresionada.
— Jaime, avise a una ambulancia para que recoja esto y lo manden para hacerle la autopsia cuánto antes, a simple vista puede ser de un adolescente— .
— Si mi sargento, enseguida— dijo Jaime intentado reponerse del susto.— Paco, tranquilízate, ven conmigo,en el coche tengo agua, te sentará bien, te has tenido que dar un susto de muerte— le dijo Natalia para intentar animarle un poco—.
— Eso no es normal,Natalia — contestó Paco— aquí no pasan estas cosas, es un pueblo muy tranquilo—.—Si Paco ,así es, pero puede ser de algún naufragio, alguna patera que haya volcado en alta mar, ya sabes lo que está ocurriendo últimamente—.
—Pero niña, ¿No te das cuenta? Es de alguien de raza blanca, y en las pateras no hay raza blanca....—.
"En eso tiene mucha razón", pensó Natalia.
La ambulancia recogió los restos y Natalia se llevó a Paco en el coche patrulla para dejarlo en su casa.Seguidamente ella y Jaime fueron al cuartel a dar parte del macabro hallazgo.Ya estaba atardeciendo. Un grupo de niños de entre 8 y 12 años iban de roca en roca, con un cubo cada uno y una red buscando pececillos , cangrejos, o lo que pudieran pillar.
— ¡ Eh, mirad allí!— dijo uno de los niños señalando con el dedo—.
— ¡ Vamos! — contestó otro de ellos rápidamente— ¡parecen los restos de algo!—.
—Es la mitad de un patín de agua, está partido—.
—Si, pero mirar, hay un montón de pequeños cangrejos,¡ cojamos, rápido antes de que escapen!— grito uno de los niños.
No paraban de coger, había un montón,estaban excitadísimos con su hallazgo. El más pequeño, Rubén, intentó coger uno que se escondió en la parte trasera del respaldo de plástico, que tenía una especie de ranura.— Ven aquí, no te escaparás— dijo Rubén metiendo la mano en la ranura.
Notó un dolor espantoso y empezó a gritar con todas sus fuerzas, los chicos corrieron a ayudarle —¡Socorro socorro! — gritaba Rubén llorando sin cesar.
Dos de los niños tiraban del brazo de Rubén, que estaba perdiendo la consciencia poco a poco, uno de ellos cogió el palo de la red y lo introdujo con fuerza en la ranura,fue entonces cuando consiguieron sacar la mano.
Había golpeado fuertemente sobre algo duro, pero notó que con el golpe se movió,a la vez que Rubén sacaba la mano de ahí.
Reanimaron a Rubén,que tenía la manita ensangrentada y con unas marcas profundas,como minidientes en ambos lados de la mano , dejaron todo allí y salieron corriendo muertos de miedo.Los pequeños cangrejos salieron corriendo de los cubos......todos desaparecieron....por la ranura.
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MONSTRUOSOS
TerrorAlgo no va bien en un pueblecito pesquero de la costa valenciana,unos jóvenes turistas desaparecen sin rastro....