MONSTRUOSOS

Capítulo 2. LA BÚSQUEDA.

Han pasado ya tres horas desde que los chicos alquilaron el patín.
Omar,que es como se llamaba el hombre que alquilaba los patines,había dado aviso a salvamento ya que no alcanzaba a verlos desde la orilla.

-¿Qué ocurre Omar? La playa está petada a estas horas, no podemos ocuparnos de los que no te devuelven el patín- dijo uno de los socorristas de salvamento, debía ser el que coordinaba las operaciones de salvamento.

-¡No es eso,no es eso, chicos no ver, no ver desde orilla, algo pasa,patín desaparece, desaparece!!-.

-Bueno bueno Omar, tranquilízate, se habrán despistado y habrán salido por el final de la playa, cerca del Castillo.

-¡No tranquiliza Omar, no tranquiliza..llamar Guardia Civil si tú no hace nada!!- amenazó Omar al Socorrista con esa forma especial que tenía de hablar español.

- De acuerdo, saldremos con la lancha a dar una vuelta a ver si los localizamos, espero que no sea en balde, sino te vas a enterar Omar, que no es la primera vez que nos chuleas- dijo serio Miguel Fresno, que es como se llamaba el coordinador de salvamento de cruz roja.
Miguel llevaba un par de años ya de jefe de salvamento, era de Castellón pero se había trasladado a vivir al pueblo con su mujer y su niño de cuatro añitos.Su mujer, Silvia, trabajaba en un hotel de cuatro estrellas, de recepcionista. Ya se había acostumbrado a vivir aquí,y estaba muy contenta.
En Castellón la vida no les había sido muy fácil, así que no les costó mucho adaptarse al pueblo.

-¡Chicos en peligro ,seguro, Omar no engaña,chicos en peligro!!- siguió gritando Omar mientras veía alejarse a la lancha de salvamento,rodeado de curiosos apostados en la orilla haciendo un círculo a su alrededor.

La subida a la sierra era bastante dura, con mucha pendiente, jadeaba a cada pedalada,su rostro mostraba la dureza ,el cansancio ,la tensión del momento,pero también la satisfacción,era lo que más le gustaba, sus salidas en bici de montaña eran su bálsamo reponedor en sus días libres,ya que su trabajo le generaba mucho estrés y bastante ansiedad.
Natalia Gálvez era sargento primero de la guardia civil destinada en el pueblo, era el suboficial de más alto rango de la comandancia,y estaba a las órdenes del comandante Augusto Corrales .
Era soltera sin compromiso conocido, rubia de ojos castaños y de 1'68 de altura,bastante guapa.Compartía cuartelillo con dos chicos más, Tomás Salcedo, cabo, y Jaime Cabanes,guardia civil.

Al coronar la subida sonó el móvil, paró y descolgó -¡A sus órdenes mi comandante! ¿ Cuál es el problema? Es mi día libre y.....¿Cómo dice....?¿aquí? Pero eso es prácticamente.....vale vale, en 20 minutos estoy ahí, órdenes mi comandante!- colgó,se secó el sudor,el caliente y el frío que le había generado la noticia, se montó en la bici y volvió a su casa.

Después de una buena ducha reponedora, se tomó una bebida isotónica a toda prisa, se vistió en 10 segundos, cogió las llaves del Jeep y salió echando chispas hacia el cuartelillo.
Puso algo de Trap, que era lo que le gustaba, durante el corto trayecto hasta allí. C Tangana sonaba a todo trapo en los Bosé del 4x4 .

Paco solía pescar de noche, le gustaba más, había menos bullicio, menos mirones, pesaditos preguntones...pero hoy no podía ser, tenía cena con unos amigos que de forma inesperada se habían presentado de visita,su mujer le había dicho- pero Paco, hijo, que más te da,por un día que no vayas a pescar,¿Se acaba el mundo?- .
Y ahí estaba Paco, pescando, pero en la parte más escondida del Castillo,en las rocas del rompeolas, era un sitio que no frecuentaba, pero sabía que no le iban a molestar, allí no iba nadie, era un tanto peligroso y estaba prohibido bajo sanción.

Tiro la caña por decimotercera vez,ya llevaba unas horas pescando,pero para él era como si llevara unos minutos. Dos Lubinas y una Dorada eran sus piezas hasta ahora,un buen botín que luego por la noche degustaría con sus amigos.
Esperó unos minutos sentado en la roca a ver si volvían a picar, estaba eufórico, tres piezas así no se consiguen todos los días,lo que iba a fardar delante de ellos -esta noche si que no podrán decir:, "Qué Paquito,otra vez vuelves sin nada,¿no? jijiji..."- se la tendrán que embainar-.
Empezó a recoger sedal ya que el cascabel de la punta de la caña no daba señales de vida,entonces notó que algo hacía fuerza sobre el hilo de pescar. Tiró fuerte de la caña al tiempo que recogía hilo con el carrete,había lanzado bastante lejos así que le costaba llegar.
Conforme se iba acercando, Paco no daba crédito a lo que veían sus ojos..
- ¡Pero qué coño.....!-.

La lancha estaba detenida cerca de una de las boyas, un trozo de escalera de un patín flotaba enganchada a la cadena que sujetaba la boya, era como si algo la hubiera cortado de cuajo...pero.... ¿qué?-se preguntó Miguel.