Chapter One

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Prologo

– ¿Porque vivo? - pregunto una dulce voz apagada llena de aburrimiento y en su cara solo demostraba desprecio hacia la humanidad, aquella asquerosa humanidad que le dejo ahí. Los grilletes en sus manos ardían y los de sus tobillos empezaban a picar.

Mientras cuestionaba su existencia no muy lejos se escuchaban voces que sin duda no le interesaba oír, aunque pudiera prestarles atención no cambiaría nada. Solo bastaba esperar para que su plan funcionara, escapar y ser libre.

El escenario se ilumino ante su presencia, veía a todos aquellos hombres con desprecio, hombres que hacen hasta lo más vulgar con su propio dinero. La subasta empezó y el dinero empezó a subir exuberantemente, después el lugar oscureció, se hizo presencia gritos agonizantes salientes de gargantas ajenas a la suya. Veía su entorno calculadoramente tratando de acostumbrarse a la poca luz.

Las cuchillas se deslizaban por aquellas gargantas mientras que el baile que realizaba mostraba deleite a aquellos ojos miel. Cuando menos lo espero los grilletes en sus manos se hicieron pedazos, mientras su cabello extranjero se movía con el viento de aquellas ráfagas de viento dejando nada más que sangre a su paso.

Sin mucho pensamiento vinil agarro un arma del guardia a su lado, pero ya era tarde. La sangre ya teñía las paredes, con los cadáveres de gente sin piedad ni miseria.

Lo único que pudo ver era un extraño vestido japonés, aquel cabello castaño que solo hacia resaltar con el rojo carmesí de la habitación y unos ojos zafiro tan afilados que daban escalofríos de solo verlos fijamente.

Quedo hipnotizada con su figura

Quedo encantada con su manera de matar.

Quedo enamorada con solo verla bailar.

Chapter One

Sus pies colgaban de aquel edificio, con una expresión aburrida giraba aquel cuchillo entre sus manos y silbaba alguna canción infantil que a su parecer resultaba tentadora para un tema musical, mientras dejaba que su cabello rubio danzara con el viento.

Veía como entraba por la ventana aquel ser escurridizo que sin duda se enojaría al ver su objetivo ya demacrado, las dos eran bastante diferentes una que sin duda atacaba a la primera, pero ella dejaba a su víctima agonizar, rogar por su miserable vida, como le encantaba verlos retorcerse como gusanos.

Un grito desgarrador salió del ventanal, no era una víctima, era algo mucho peor que el mejor sicario. Los impactos de dagas fulminantes destrozaban el lugar para controlar su furia ya existente, que solo se debía a una cosa; a ella, nada más que a ella. No pudo evitar embozar una risa burlona, mientras veía el desastre que formaba su mate solo por perder el pez gordo. Pudo decir que estaba ahí, pero no pudo; se le ponía la piel de gallina de solo pensarlo y hablarle cara a cara solo le hacía ilusiones a su pobre corazón.

Un suspiro salió de sus labios, tirándose en el piso del edificio con una gran sonrisa de oreja a oreja. Un sonroso se asomaba por sus mejillas con solo ver aquellos ojos zafiro lleno de sed de sangre y aquella aura asesina que desprendía. Un chillido involuntario salió de sus labios emocionado de solo pensar verla cara a cara y hablarle.

Con mucha emoción volvió a ver al ventanal, pero nada. No pudo evitar inflar sus mejillas, mientras apretaba sus puños de manera consiente.

Solo sintió el viento helado que paso cerca de su rostro para alejarse lo más rápido, dagas rápidas y veloces se clavaron en el frió cemento del edificio. Apareció en escena la persona que le quitaba la respiración de la boca, justamente encima de los tanques de agua y una luna llena a su espalda, mientras aquel kimono se movía con el viento.

Sueño MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora