♡ㅡ;; jungkook's reactions.

02 // Doll ♡

♡. Mención de sangre y tortura.

Tu respiración estaba acelerada, sentías los latidos de tu corazón retumbando en tus oídos, empezabas a sudar frío y tu cabeza dolía como los mil demonios. El suelo estaba congelado y la falta de espacio empezaba a agobiarte.

Tenías miedo.

Muchísimo miedo.

-- ¿Muñeca? --una voz juguetona, con fingida inocencia--¿donde estas?

Sentiste un sollozo aproximándose y tu cuerpo temblar, te tapaste la boca con la palma de tu mano evitando cualquier ruido, sintiendo un sabor metálico en el paladar ante la sangre que escurría de tu piel sin freno alguno, llenando el blanco suelo de un rojo carmesí.

-- Muñeca, no te conviene agotar mi paciencia, ya has visto de lo que soy capaz.

Viste sus pies paseándose por el espacio, yendo de un lado a otro con una parsimonia aterradora, arrastrando sus botas negras, a paso torpe.

Estabas escondida debajo de la cama, uno de los peores sitios, admitiste, pero el miedo y la desesperación de ser atrapada no te había dejado pensar correctamente, por lo que nada más entrar a aquella gran y tétrica habitación solo habías atinado a tirarte al suelo y buscar cualquier solución.

Ese cabrón te había secuestrado, te había atado a una silla y usado a su antojo, cortándote la piel y bebiendo de la sangre que su acción ocasionaba, repitiéndote constantemente que eras malditamente hermosa y que debías mantenerte callada como una linda muñeca de porcelana.

Lo habías conocido en la Universidad, estudiabais la misma carrera por lo que te lo habías cruzado bastante veces. Daba la imagen de un chico callado, tímido, aplicado, con una actitud tranquila y una voz dulce y delicada. Era un chico extremadamente guapo, que desprendía una inocencia demasiado dulce. Lo habías llegado a pillar algunas veces observándote, se ponía nervioso cada vez que hablabais o cruzabais miradas y sus mejillas se sonrojaban cada vez que le hacías algún cumplido, pero no lo catalogaste con algo más que con un pequeño enamoramiento que se le pasaría rápido.

Y que tan equivocada estabas.

-- Sabes, me gustan los juegos de las escondidas, y veo que a ti también, ¿estarás en el armario? --las puertas de dicho mueble se abrieron bruscamente. Soltó una risa seca-- parece que no, de todas formas dudo que fueras tan tonta de esconderte ahí.

Siguió rebuscando por la habitación, detrás de puertas, muebles, caminando de un lado a otro mientras intentabas pensar en algún plan para salir corriendo. Estabas tan concentrada en esto que no te diste cuenta de que él estaba haciendo repetidamente el mismo recorrido, de manera lenta, burlona.

Sabia dónde estabas, pero prefería disfrutar del momento, casi oliendo tu miedo.

-- Sabes, esto es divertido, pero ya me he cansado, a Ggukie ya le empieza a aburrir no poder tener a su muñeca.

Puto enfermo.

Suspiraste intentando calmarte, mentalizandote para salir de allí y acusar a Jeon a la policía para que se pudriera en la puta cárcel. Pero parece ser que tardaste demasiado en actuar.

Su cara con pequeñas gotas de sangre se asomó debajo de la cama, te miró maniáticamente, relamió sus labios y sonrió en grande.

-- Te encontré.

Las Hello Kitty le quitan seriedad lol.