El Orgasmo Del Corazón

La Venida Del Amor

Cuando él comía del manjar custodiado por sus piernas su excitación rodaba por sus mejillas, él no entendía el porqué de las lágrimas en cada beso, en cada mordida, pero esas lágrimas alimentaban su ego, se sentía el mejor amante del mundo. Ella tapaba su rostro con sus manos, sentía vergüenza de expresar con su mirada que se había enamorado, que perdió en su propio juego.