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Al día siguiente, María y Chris se levantaron decididas a enderezar todo lo que sus padres habían torcido, si se podía decir así.

Se vistieron rápidamente y agarraron una fruta. Tina y Manu las miraban atónitos. Era demasiado raro que sus hijas se levantaran temprano y de buen humor aparentemente.

Tina las llamó para que desayunaran, y ellas no tuvieron más remedio que acercarse a la mesa.Manu se puso en modo espectador. Había algo en ellas diferente pero no podía adivinar qué era.

Después de desayunar, María y Chris llegaron a la escuela y ahí se encontraron con los demás.

Chris: ¡Hola chicos! ¿Qué tal?

Mila: Todo bien, por ahora.

María: Hola.

Dani: María, hoy estás muy callada ¿estás bien?

María: ¡Sí, sí! ¡No hay problema! *inquieta*.

Dani: Wow, ¡tranquila!

María: Es que estoy un poco nerviosa por lo que vamos a hacer hoy.

Dani sonrió dulcemente y puso su mano en un hombro de María para calmarla.

María se puso roja. Nunca había notado a Dani tan cariñoso. Además, la sonrisa de Dani la había puesto aún más nerviosa de lo que estaba. Justo en ese momento, sonó el timbre.

"Salvada por la campana" pensó María quien rápido aceleró el paso, más que nada porque no quería que su hermana le hiciera preguntas incómodas.

Las primeras clases no tuvieron nada de especial. Salvo por las tareas aunque eso no era nada fuera de otro mundo. Unas horas después, todos se reunieron en el almuerzo para planear.

Mila: Siento que últimamente nos la vivimos planeando ¿no?

María: Si no lo hacemos bien, lo pagaremos muy caro, y no quiero vernos en esas situaciones.

Mila: ¡Está bien, está bien! Lo entiendo... pero ¿Qué vamos a hacer?

Chris: Pues mi hermana, Marco y yo estuvimos investigando y...

Marco: Encontramos una especie de comunidad alejada de esta ciudad que podría ser el sitio donde se reunían nuestros padres.

Natti: Suena bien, pero ¿cuándo iremos? Les recuerdo que tenemos clases.

Marco: Estaba pensando en decirle a nuestros padres que iremos a comer pizza y que fuéramos allá lugar

Chris: Suena convincente.

Mila: Ummm no se ¿Y si nos descubren?

Gema: No creo, dudo que nos sigan a la pizzería.

Mila: Bueno... pero no tengo un buen presentimiento, que conste.

Natti: ¡Va a salir bien! Y si no, hallaremos una forma de salvarnos...

Todo el mundo se sumió en un silencio incómodo que parecía interminable. No lo querían aceptar, pero tenían mucho miedo de que sus padres los descubrieran.

Gaby: Y bien... ¿en eso quedamos?

María: Supongo *encogiéndose de hombros*.

Justo sonó el timbre, anunciando el término del almuerzo.

Gaby: ¡Nos vemos después de clase!

Todos asintieron con la cabeza. Las clases parecían alargarse, las horas se convertían en semanas y los minutos en días. Sonó el timbre, ¡la gloria! Naturalmente, todos salieron del salón corriendo, todos excepto nuestro grupo querido.

Los Portalers han regresadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora