descargas de emociones

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Caminaban en silencio, ignorándose por completo, el grupo de 6 ya sabían de la idea de Blake por echarse para atrás, pero están dispuestos a obligarla con el fin de cumplir los planes, sabían a la perfección que el demonio aceptaría por ella, sabían que a el en este momento poco le interesaba el poder que tendría después del ritual o las riquezas y control, las millones de concubinas que caerían a sus pies, incluso sabían que por ella entregaría su vida, por esa razón entre los 6 comenzaron a planear su plan de contingencia por si decidía ya no seguir.

-espero ya este todo listo como ordene.

Contesto con desdén la morena mirando a la rubia bajar la cabeza, mientras no mostrase el querer echarse para atrás ellos tenían que obedecer en todo lo que ella dijese, mostrarle respeto, pues si realmente se convertía en la señora de todos los demonios ellos estarían echos trizas, no tenia porque mostrar piedad y misericordia, las reglas del infierno eran diferentes a las del cielo, si ellos la ayudaban ahora a escalar hacia aquel dichoso puesto no tendría porque contestar con un agradecimiento después, por lo cual deberían de bajar la cabeza y aguantar los aires de grandeza de ella, aires de grandeza fingidos.

-señora, yo me encargue de que todo este listo.

-me parece perfecto.

Pronto llegaron a aquella refinería, por fuera era vieja y horrible, pero por dentro era claramente lujosa, limpia, amueblada como un edificio con habitaciones, ya no era aquella donde Tim encontró a los dos pequeños, entraron a una sala, una hermosa sala con una amplia mesa y con tres sillas a cada lado y una en las puntas, cubierta por un mantel con terminaciones doradas, la habitación a pesar de estar a media luz se podía apreciar los detalles, era como una mesa de reuniones, donde cada integrante había contado su silla, pero la mas grande y mejor era para el demonio.

-no tardara en llegar, los chicos fueron por el...

Susurro la rubia, mirando como la morena se paseaba por la habitación arrastrando el largo vestido,de un lado para otro,este era ajustado por su cuerpo y suelto por el final del mismo, resonaban sus altos tacones, a diferencia la rubia portaba un vestido sencillo color marrón y a pesar de ser hermosa sus bellezas no eran comparativas, los ángeles son hermosos, pero poco desterrados podían ser mas lindos que ellos, Blacke era uno de ellos, podría pasarte desapercibida por un tiempo, pero sentándote en su apariencia normal te terminas dando cuenta de su piel porcelana, sin ninguna inperfeccion, piel que se iluminaba a si misma, aquellos ojos tan cristalinos y azules, que al verlos caes en la tranquilidad y paz, su cabello negro que contrasta a mas no poder con ella y esa apariencia delgada y delicada, combinada con sus rasgos, haciendo a una chica simplemente perfecta, mientras que si bien Aurore era bonita pero no llegaba a los talones de la hermosa morena.

-bien-

Antes de poder seguir hablando la puerta de la habitación se abrió, entrando Damian, seguido de los otros tres chicos, no era robin, sino aquel moreno de ojos verdes que tanto la volvía loca, por preocuparse por identidades no era necesario, ya que todos en esa sala sabían con quienes trataban, la búsqueda por el demonio en la tierra había sido larga, no sorprendía que supiesen la identidad de todos en la familia Wayne, y de paso llevándose otras identidades de paso, aquel portaba aquellos dos presentes que ella le había dado, así como ella llevaba los regalos de el.

El ambiente pronto se volvió tenso, las envidias y el interés se palpaban en el aire, ilogicamente el mas bueno de todos era el demonio, mientras que los demás eran tan rencorosos que eran capases de atacarse entre ellos para obtener lo que querían, la viva representación de las manos de judas al tomar la paga por entregar a un dios bueno, tal vez por eso mismo fueron desechados del cielo, un ángel que no respeta no sirve.

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