Pequeña reunión

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...

La chica salía de la ducha, en el baño también encontró un peine así que aprovecho para cepillarse el cabello dentro, la camisa no era tan larga ni tan corta, no llegaba a ser un vestido, caminaba descalza por los pasillos, atentando las paredes, mirando a su alrededor, pronto el olor a cafa inundó el pequeño pero cómodo lugar, aquella llevada por su curiosidad avanzó a él lugar donde provenía aquel olor, encontrando a Dick en la cocina, por alguna razón Tim se había marchado y en su lugar llegó el señorito nalgas doradas.

-hola princesa.

Saludo con entusiasmo el chico, acomodando su ambas tazas de café en la pequeña isla y sentándose en uno de los taburetes, la morena camino con más prisa abrazando a su hermano mayor.

-hola Dick.

Susurro bajo aún en el abrazo, luego de unos segundos se acomodo en el a ciento de lado y bebio el café, el silencio lleno la sala, la pregunta estaba palpable en el aire, más ninguno de los dos quería hacerla o contestarla.

-¿cómo está?

La joven morena rompió el silencio haciendo es pregunta, moría por qué la respuesta fuese positiva, pues desde que volvió a la conciencia quería saber sobre aquel chico.

-él está bien, algo confundido y perdido, pero esta bien... ¿Tu?

-me alegra saber que esta bien... Estoy bien, gracias por preguntar, ¿y tu como te encuentras?

Dick ladio la sonrisa he hizo un gesto con la cabeza dejando ver unos largos rasguños que corrían por su mejilla.

-vaya, fue una noche dura.

Susurro ella dándole un sorbo al café.

-al menos ahora tenemos más en común.

Contestó con una sonrisa en la cara, una de sus características sonrisas que te alegran el día, contagiada por aquella, la chica le sonrió de vuelta mostrando sus brazos y cuello, estaban echos polvo, eran largos y profundos rasguños, contrastantes a los de Dick, las mordidas en su cuello eran no mejores que estos y su labio estaba muy roto.

-chica te has pasado, no sabía que te iba el rollo a lo maso...

Le dijo él con burla, cosa que a la chica le agrado.

-ni yo sabía, pero olle deberías de intentarlo, esta chido.

Contestó con una gran sonrisa, empujando levemente el hombro de su hermano.

-si voy a acabar con unas marcas tan feas lo evitó.

Su tono era más afeminado, lo que provocó una enorme risa por parte de sus hermanita, y de él también no hay que negarlo.

-olle chica, y si me explicas un poco de todo ese rollo que no le entiendo nada y estoy muy perdido.

Comenzó Dick a hablar, a lo que ella aceptó alegremente.

-¿qué eres y qué haces con tu vida?

Comenzó a hablar el chico mirando los ojos azules de ella, sus ojos originalmente eran marrones, pero desde que callo al suelo en aquel paseo se volvieron de ese color azul.

-soy un ángel desterrado que no sabe que pasa con él.

-y supongo que antes eras solo un ángel pero te desterraron.

-si, somos una pequeña generación de ángeles desterrados, todos fuimos enviados por un propósito pero fallamos antes de enfrentarlo, nos quedamos a medio camino cometiendo alguna violación a la regla, pero ninguno de nosotros recuerda que fue lo que hicimos para merecer el destierro, después de eso se nos da una oportunidad para cambiar y poder alcanzar algún sitio de vuelta a casa, pero pues no se nos avisa cuando llega esa segunda oportunidad y terminamos por perderla, por eso estamos desterrados, ya nos juzgaron y ahora buscamos una manera de ir a algún lado, un desterrado está destinado a vagar por las líneas del tiempo buscando consuelo, pero no lo hay...

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