Domingo en la mañana, bajé a la planta baja de la casa, no había nadie como todos los días domingos, lo único que en mi casa había era una silencio que tanto odiaba.
Tomé algo para desayunar y subí de nuevo a mi cuarto, hundiéndome en tareas, deberes y en un profundo aburrimiento.
Después de un par de minutos deje los cuadernos a un lado y tomé mi celular. Comencé a enviar mensajes de saludos a algunos de mis contactos, para así distraerme y pasar el rato.
Al cabo de unos minutos la mayoría de ellos había respondido, pero al único que le tomé importancia, fue al mensaje de Sweet Pea.
- Hola pequeña cosita
Leí su mensaje y una sonrisa se formó en mi rostro, pensando en todos los raros apodos que a el le gustaba ponerme, cada día era uno diferente.
- ¿Cómo estás niño grande? - Respondí
- Tu niño grande está enfermo. -Respondió rapidamente.
- ¿Qué tienes? ¿Estás bien?.
- Tengo dolor de cabeza y un poco de nauseas.
- Dios, ¿Estás embarazado? - Escribí mientras reía, ya que mis propios chistes me causaban risa, incluso aunque no fueran buenos.
- Me embarazaste con el beso del otro día. - Respondió y agradecía a la vida que no pudiera verme en ese momento por que podría asegurar que estaba completamente roja ya que sentía mis mejillas calientes.
- Diablos, bueno, creo que serás padre soltero, adiós. - Le respondí con una nota de voz, alargando la "o".
- Te demandaré - Dijo el en una nota de voz, fingiendo que estaba llorando.
Solo reía por la situación cuando una llamada de el entró.
- ¿Qué haces? - Dijo rápidamente en cuanto contesté.
- Algo de tarea, ¿Tu?. - Dije y me recosté en mi cama.
- Acostado y a punto de morir - Dijo con el mismo tono anterior donde mostraba lo dramático que podía llegar a ser algunas veces.
- No seas dramático, no morirás.
- Quizá si vienes a cuidarme no moriré. - Dijo lentamente
- Quizá si supiera donde vives podría ir a cuidarte. - Le respondí de igual manera.
No respondió nada y sentí mi celular vibrar en mi oreja, lo vi y tenía un mensaje suyo con su ubicación.
- Adiós. - Dijo y terminó la llamada.
Me quedé confundida mirando al techo y asimilando un poco la situación.
Tomé impulso y me levanté rápidamente con una gran sonrisa.
Tomé el cepillo que se encontraba en mi tocador y lo pasé por mi cabello que aún estaba un poco húmedo por la reciente ducha.
Me cambié a ropa mas presentable y abrigada para cubrirme de la fría temperatura que había en Riverdale, me puse tenis, tomé mi pequeña mochila guardando lo esencial, bajé corriendo las escaleras y llamé a un taxi.
Revisé en los cajones de la cocina y saqué uno de los té que mi mamá me daba cuando tenía ese tipo de molestias, junto con unos analgésicos y salí de la casa.
El taxi llegó y le dí la dirección que Sweet Pea me había enviado.
El taxi paró en "Sunnyside trailer park". Le pagué al conductor y me bajé del auto agradeciéndole.
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Only You, Sweet Pea
Novela Juvenil••• Esta historia está inspirada en la serie de Riverdale. Los acontecimientos que ocurren en esta historia no están sincronizado a la serie. Es una historia corta.