Mitsuha Miyamizu y Taki Tachibana están a punto de reencontrarse después de estarse buscando por largos años o simplemente notando que algo o alguien les hacia falta. Ese reencuentro se dará lugar en el cruce de trenes de la estación de Tokio, que t...
Tokio lucia hermoso en un día de primavera normal, soleado, aunque aún pasaban algunas ráfagas frescas de aire. Los parques se encontraban llenos de niños jugando entre ellos y los cerezos dejando un paisaje rosa. La gente paseaba tranquila por las calles, en las plazas, en los transportes públicos.
Menos dos personas, dos personas las cuales estaban inquietas, recorriendo apresuradamente todos los rincones de Tokio.
Ambos se encontraban corriendo en diferentes direcciones con la única intención de encontrarse, ya que ahora tenían muy claro que era lo que llevaban tanto tiempo buscando. Esa sensación de vacío se había apaciguado un poco al verse esos instantes, pero aun así no era suficiente y era necesario llegar al final de este misterio y aclarar todas las dudas.
El tiempo no dejaba de correr, y aún no habían sido capaces de cruzar de nuevo sus miradas. Realmente tampoco sabían si ambos se estaban buscando o simplemente era el quien buscaba y no ella, o por lo contrario era ella quien buscaba pero el no.
Eso les rompía el corazón, querían creer que eran ambos los que se estaban buscando mutuamente, que ambos habían sentido lo mismo al verse esos instantes en los cruces de los dos trenes.
Seguían ambos buscando en todos los rincones, calles, cruces, no dejaban espacio visual sin observar. Pasaron por parques, veían como los cerezos en flor cubrían muchos parajes y partes de Tokio de rosa, quedaba una vista preciosa. Incluso algunas de las flores ya caían y parecían copos de nieve color rosa.
El ambiente en aquella época era mágico, los pájaros cantaban en todas las partes, se los podía ver con sus crías, y volando por el cielo investigándo lo todo. Todo lo que los rodeaba parecía creado especialmente para ellos. Propiciando todo para el reencuentro.
El giro una esquina y se encontró en un cruce grande con unas escaleras de subida, para poder acceder a una parte alta de la ciudad. Las barandas eran rojas, que contrastaba con el cielo azul y justo cuando miraba eso, algo sucedió. Se quedó embobado por segunda vez en el día.
Ella giro la calle y se encontró con las mismas escaleras, pero desde arriba, donde pudo observar como él estaba estático mirándola, se sorprendió. Estaba dispuesta a bajar pero sus piernas no podían andar, no respondían a sus órdenes.
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Ambos se quedaron callados, mirándose, el desde abajo y ella desde arriba. El tiempo se detuvo y ambos recordaron el momento del ocaso, lo veían borroso pero podían recordar esos segundos donde el tiempo se detuvo para conceder sus deseos.
Unos minutos después Taki comenzó a andar dirigiéndose a las escaleras y comenzó a subirlas lentamente. Mitsuha se quedó quieta aun por unos instantes, mirando al chico como subía las escaleras, y por fin consiguió que sus piernas reaccionaran ante sus órdenes y no se quedaran estancadas en el suelo.
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Comenzó a bajar las escaleras lentamente, mientras sus miradas se cruzaron, pero eso duro pocos instantes a causa del rubor de sus mejillas y la vergüenza que sentían.
Se cruzaron a la misma altura de la escalera, pero ninguno de los dos articulo palabra, se sobrepasaron y mirándose de reojo ambos suspiraron. Les dolía no ser capaces de pronunciar una miserable palabra.
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Una vez que él consiguió llegar al final de las escaleras, se giró para mirarla, armándose de valor y pronuncio en voz alta y clara, esas palabras que tanto rato estaba guardando en su corazón.
- Tengo la sensación - Sus palabra sonaban firmes pero se entrecortaban por el nerviosismo y la vergüenza que sentía en esos instantes. Prosiguió, vergonzoso. - De que nos conocemos. -
No dijo mas, simplemente se quedó mirándola esperando una respuesta.
Ante estas palabras, Mitsuha, se giró sorprendida y sobresaltada, y no pudo hacer más que comenzar a llorar y alzo sus manos hasta el pecho haciendo fuerza contra su pecho, cerrando los ojos y armándose de valor contesto, sollozando, y con lágrimas en los ojos.
- Yo también. - Después de esto, sus lágrimas comenzaron a salir con más intensidad, mientras le regalaba una amplia y bonita sonrisa a Taki.
El ante esto también comenzó a llorar, no podía retener las lágrimas, ni un instante más y era incapaz de esconder toda la felicidad que le producía el momento.
Ambos se miraron fijamente, con lágrimas en los ojos. Y se preguntaron al unísono, con voz, clara, feliz y alegre.
- ¿Cuál es tu nombre? -
Esas cuatro palabras sonaron claras y se pudieron escuchar con firmeza en todas las partes del planeta. Las palabras de dos amantes que al fin se habían reencontrado, aun sin saber con precisión que se estaban buscando.
Sus corazones se inundaron de felicidad.
Ambos sonreían, reían y lloraban, mientras eran incapaces de apartar la vista el uno del otro. Aunque tampoco eran capaces de moverse ya que sus cuerpos aún estaban en Shock. Se quedaron quietos con la misma posición por varios minutos.
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Continuara **
¡Hola!
Espero vuestros comentarios, votos y que me sigáis.
Y sobre todo espero que os guste y podáis disfrutar de esta historia, mi continuación para..
