☁ Capítulo 14 ☁

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Sus amigos le habían contado sobre la pelea que Namjoon había tenido con el estúpido de Jiho, y es que no le extrañaba ya que para todos era demasiado divertido y tonto que alguien como el capitán del equipo de fútbol anduviera con un simple ciego...

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Sus amigos le habían contado sobre la pelea que Namjoon había tenido con el estúpido de Jiho, y es que no le extrañaba ya que para todos era demasiado divertido y tonto que alguien como el capitán del equipo de fútbol anduviera con un simple ciego sin chiste quien no podía animarlo en los partidos ya que ni siquiera sabía de qué iba aquel deporte, lo único que Jungkook le había explicado hacía algún tiempo era que todos tenían que correr y al no poder encontrar las palabras para hacerlo entender, simplemente se había cansado diciendo “es un deporte estúpido al final de cuentas”.

Él no podía festejar con Namjoon algo que no entendía y vagamente recordaba haberlo felicitado emocionado un día en el que el equipo de su novio y sus amigos habían perdido. Terminó entendiendo cuando ellos le explicaron que la victoria no había sido suya. ¿Pero qué esperaban? Él sólo había escuchado emoción en las personas y eso le había llevado a suponer cosas.

Aquella mañana los pasillos de la escuela estaban completamente transitados y escuchaba murmullos a su alrededor, algo que realmente no le sorprendía ya que siempre había alguien que hablara a sus espaldas de lo pésima persona que era, es decir, contando que un tiempo atrás una chica llegó a empujarlo y reclamarle puesto que Namjoon había dejado a su amiga Hyuna por estar con él. Momentos después se había enterado de que aquella que había arremetido contra él era una de esas populares porristas.

Había logrado pasar desapercibido por años, su vida había sido de lo más tranquila, pero en todo el tiempo que llevaba con Namjoon había llegado a ser el centro de la atención de muchos, hasta de personas que nunca le habían dirigido la palabra en toda su vida y aquello era realmente ridículo, pero valía la pena al final del día, ¿no?

-          Hey – escuchó esa voz que le llenaba el corazón.

Sonrió porque por más espantoso que fuera su día, el escuchar a Namjoon significaba para él una felicidad automática.

-          ¿No se supone que deberías de estar en clase? – preguntó esperando a que su novio volviera a hablar para poder ubicar su posición.

-          Bueno, el maestro no llegó – explicó haciendo que Jin lo encontrara a su derecha – y supuse que tú tendrías una hora libre y podríamos pasarla juntos.

Por más sorprendente que pareciera, Namjoon se había memorizado los horarios de Jin ya que en pocas ocasiones coincidían. Sabía a la perfección qué horas tenía libres y lo mejor de todo era que tenía demasiado presentes los momentos en los que podrían estar juntos.

-          Si, podríamos pasar este tiempo juntos – aseguró.

Namjoon tomó su mano para empezar a guiarlo a un lugar que ni siquiera sabía cual era, pero estando a su lado daba igual a dónde lo llevara.

Siempre sucedía que cuando el capitán del equipo de futbol tomaba su mano o estaba a su lado los murmullos paraban por arte de magia, como si le tuvieran un completo terror o respeto a Namjoon, pero para su desfortunio, no podían estar siempre juntos y Jin tenía que soportar.

La luz de tu mirada | NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora