Donde los ojos de Namjoon no pueden apartarse de Jin y el lo único que hace es brillar a su alrededor.
❝Busco tu mirada, sin embargo nunca logro obtenerla, todo lo que haces es mirar al vacío y sonreir. Aun si no me miras, tu sonrisa apacigua el dol...
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Sus labios se unieron y encajaron a la perfección como el primer día en el que se habían besado.
Namjoon deslizó las manos sobre el cuerpo del chico azabache haciendo a ambos estremecer de una manera en la que jamás lo habían hecho. Sus cuerpos temblaban y las manos de ambos viajaban inseguras y torpes.
El de piel morena empezó a depositar a Jin sobre la cama con delicadeza, con miedo a asustarlo y después se posicionó sobre de él, apresándolo en la dulce cárcel que era su cuerpo.
Un dulce suspiro hizo que Namjoon sintiera que el mundo era perfecto y sonrió sobre los labios de aquel que tanto amaba, provocando la misma respuesta en el otro.
- Será mejor que me vaya – susurró sin alejarse.
Jin hizo una mueca de desagrado y apretó el agarre de la cintura de Namjoon, aferrándose a él.
- Quédate – suplicó.
Sabía lo que sucedería si accedía a quedarse, sabía en qué terminarían y aquello le causaba sentimientos de emoción y preocupación puesto que no sabía si Jin estaba listo, pero cuando el azabache se apoderó de sus labios torpemente, supo que estaba bien.
Deslizó las manos por sus brazos y torso sobre la ropa y al encontrar la orilla de la camisa, introdujo sus manos debajo de ella para poder acariciar el abdomen del azabache.
Aquella camisa estorbaba, así que decidió quitarla de su camino para poder observar a Jin, tan hermoso y perfecto, debajo de él esperando por un beso o algo que le asegurara que lo que estaba sucediendo en aquel momento era real.
Para Jin aquello era obviamente un tanto complicado, así que Namjoon se encargó de despojarse de las ropas de ambos hasta que se encontraron piel contra piel.
El de piel morena preparó a Jin lo suficiente para no lastimarlo. No quería dañar a aquel chico que le había robado el corazón con esa sencillez que le caracterizaba.
- Nam… - llamó el azabache al sentir a su novio acomodándose, casi listo para entrar en él.
- ¿sí? – preguntó esperando una respuesta antes de proseguir.
- Nunca… nunca en mi vida había deseado ver – susurró con dificultad por la excitación que su cuerpo estaba sintiendo – pero ahora… poder verte es lo que más deseo.
Sus palabras, la dulzura en su voz… todo aquello se grabó en su corazón.
Aquella habitación se cargó de amor y palabras dulces, gemidos que salían del alma mientras sus cuerpos se convertían en uno solo por primera vez hasta que por fin ambos cayeron rendidos uno sobre otro con la respiración agitada.
- Te amo – susurraba Namjoon una y otra vez mientras Jin paseaba las manos torpemente por su cabello.
Con la poca fuerza que le quedaba, se separó de Jin para recostarse a su lado y sostenerlo en un abrazo hasta que el azabache se dejó vencer por el sueño.
