Frágiles somos todos, aquellos que nos llamamos humanos, entre espacios especiales que llamamos sentimientos, demostramos libertad desde el fondo de nuestro corazones, pero que pasaría inmediatamente después de perder esa capacidad? Dejar aquella zo...
Es una noche oscura y desolada por las calles de una ciudad que avanza tan rápido que el tiempo queda atrás, las calles están tranquilas y las gotas de lluvia crean un desolador concierto para todas las almas que habitan en este lugar.
Sentado en su oficina ya a altas horas de la noche, muestra su delgada figura aproximándose al casillero en donde resguardan sus pertenencias, una persona cuya vida literalmente no tiene valor aparente ante los ojos de aquellos que no comprenden la situación. Toma un fólder acerca de un paciente, lo observa detenidamente y parece que el tiempo se detuviera para él y su lapsus, lo abre, le da una ojeada y lo suelta lentamente en el mismo lugar en dónde lo encontró, toma su abrigo y se lo pone con calma mientras toma una pila de documentos que pone "Dr.Quizero" y los ata con una pequeña cuerda para poder llevarlos.
Su asistente se despide de él con buen deseo, pero eso no importa, la respuesta es sólo una simple mirada, frívola como la de un muerto, él sabe que es un despido hipócrita puesto que puede ver la antipatía que aquella dama de ojos oscuros siente contra su persona.
Abre la puerta de su recinto de actividades y oprime el ascensor.
En la espera de la máquina mira la hora en el reloj que lleva en la muñeca de la derecha, son las 11 y 30 de la noche, pero eso no importa, el sueño es relativo comparado a la jornada laboral del día.
El ascensor llega y se abre de par en par, oprime el botón del sótano y espera que la orden se transmita a la máquina, siempre paciente e inmutado.
Tras un breve viaje consigo mismo, la máquina llega al estacionamiento, éste parece una pradera desolada, solo hay un auto: el suyo.
Sale con facilidad de las instalaciones y entra en la pista para dirigirse sin más a casa, a su hogar, un lugar que en términos de emoción se podría comparar con un cementerio.
Tras un relativamente largo viaje por la selva de concreto, llega sin problemas a su morada, estaciona su auto en el garaje y toma las llaves de la puerta principal.
Su perro lo espera muy tiernamente en el pie de la escalera que conecta con el segundo piso.
-Hola , espera un segundo tu comida
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Spike no es más que un animal, pero es de esos pocos seres que tienen el privilegio de escuchar su voz durante el día, ha de ser algún pequeño cambio dentro de su clima interno.
Se dispone a tomar la bolsa del alimento del perro cuando una llamada irrumpe la tranquilidad de la cocina.
-Hola?
-Dr.Quizero, le llamaba para hacerle recordar que el día de mañana tiene una cita con la señorita Lourdes Pilán a las 8 AM
