Capítulo 3: encuentros predestinados

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Capítulo 3: encuentros predestinados

Luego de una breve charla consigo mismo, Nalióni decide descansar su mente entre sus sábanas.

Sube de manera soñolienta las escaleras, entra a su cuarte cruzando el pasillo alumbrado por la vieja lámpara y entra en su cuarto, pero nota algo extraño en el filo de la puerta.

Se agacha para observar con detenimiento, se trata de uno de los juguetes de Spike.

Lo toma y lo levanta para dejarlo en su lugar, y luego decide dormir por fin.

Tras una plácida noche de descanso, el extraño Doctor pone en marcha su rumbo hacia su consultorio, con un paso veloz se abre camino entre la enredadera de autos con relativa facilidad y estaciona para verle la cara a los clientes del día.

Al llegar a la entrada encuentra a Lem arreglando unas cosas, ésta lo saluda como de costumbre a lo que el Doctor responde de igual manera, pero sin mucha emoción cabe mencionar.

Naliónise dispone a revisar los expedientes del día de hoy, curiosamente sólo dispone de un caso, al parecer será un día tranquilo.

El imponente reloj en medio de la oficina marca el mediodía y ya va siendo hora de que el Doctor reciba a su paciente.

Mientras Nalióni se encuentra tranquilo esperando en su oficina al cliente, Lem nota que las puertas del ascensor finalmente se abren, dejando pasar a una mujer alta, rubia, de tez blanca, pero en exceso, pareciera como si corriera sangre helada por sus venas, como si la nieve y el invierno habitaran dentro de ella.

Lem se queda atónita frente a la belleza de la mujer, enseguida comienza la conversación entre estas dos señoritas.

-Es usted la señorita Simons?

La mujer de la rubia cabellera asiente humildemente con la cabeza, este comportamiento le resulta curioso a Lem, pero esta procede a invitarla a que pase al consultorio del doctor, dicho esto, la mujer de la rubia cabellera obedece sin más y se dirige a encontrarse con el meticuloso Doctor.

Las puertas del consultorio se abren tímidamente y la joven mujer hace acto de presencia frente al Doctor que la recibe con un saludo sencillo.

-Adelante

La señorita Simons se sienta y la sesión comienza.

-Buenas tardes, Dr.Quizero

-Buenas tardes

-Está siendo un buen día para usted?

-Si bueno tuviera una definición global sería más sencillo definirlo

-Pero como no la tiene no puede, es comprensible, yo tampoco sé acerca de buenos días, sólo fue cortesía

-Veo que tiene conceptos por definir

-Si por conceptos se refiere a los problemas por los que acudo a usted entonces su comentario es acertado, Doctor

Es la primera vez en toda su carrera que Nalióni tiene que pensar más de la cuenta sus respuestas, esta paciente es diferente a cualquiera con la que haya tratado, es astuta, sagaz, hábil con las palabras, algo a lo que Nalióni respecta como una conversación que vale la pena.

-Se quedó un poco callado, Doctor

-Es sólo un recuento de comentarios

-Entonces creo que no le incomoda mi presencia

Corazón CongeladoWhere stories live. Discover now