Ykell

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                                                                       Ykell

                                                    Rumbo a Venek-Valyncia

                                                               210-DC

Al noroeste de Pisiente, cruzando llanuras y montañas donde las aves carroñeras eran comunes y demás fauna peligrosa se divisaba si se iba a caballo, donde el clima era más bien cálido y en invierno realmente no había tanto frío como en el resto de Pisiente. Se encontraba Valyncia. Ciudad capital del reino Venek. Se podía llegar a Valyncia en barco pero aunque tomar un barco a Valyncia era la opción en la que se llegaba más rápido, también, era mucho más riesgoso debido a los cielos tormentosos que se tenían que soportar y a los "Tiburones llama" que se trataba ni más ni menos que de piratas. Éstos se dedicaban a saquear barcos, embriagarse con el vino que los barcos traían y violar mujeres para después secuestrarlas, era común que las terminaran vendiendo a los señores de las ciudades esclavistas. Las que más suerte tenían eran las que hablaban no sólo la lengua común. Los hombres de aquellos barcos eran asesinados ya que no tenían ningún tipo de sangre real y muy poca gente quería esclavos varones a menos que también supieran más lenguas, así servirían como traductores, por la misma razón no era común que fueran secuestrados.

Ykell, un muchacho fornido y moreno de cuerpo tonificado al que popularidad con las chicas jamás le faltó había tenido la suerte de llegar sano y salvo a Valyncia después de dos días en barco donde, si se acercaba los costados de la cubierta divisaba cadáveres en el agua, muchos de ellos parecían recientemente arrojados al mar. En el reino Venek las personas eran monoteístas, incluyendo Ykell que aunque había vivido más de la mitad de su vida en Gerifaltown siempre le fue fiel al dios Amalyvaka, el único dios para los Venekos.

Llegó a Valyncia con sólo un propósito, ver a su novio y tratar de convencerlo para regresar juntos a Gerifaltown, sí. Aunque popularidad con las mujeres siempre le sobró y parecía aumentar con los años, nunca tuvo el mismo interés en ellas como lo seguía teniendo con su amigo de la infancia y actual novio, Westie, la misión de Ykell no sería para nada fácil, pues Westie no era una persona cualquiera del reino Venek. Se trataba de un príncipe, era el hijo mayor de los reyes de Valyncia, RivGon y Sház. Algún día sería el claro heredero al trono cuando su papá muriera y debería casarse con una lady.

La reina Sház que lucía un hermoso vestido color arena clara de tirantes que causaba contraste con una piel bronceada. dejando los brazos al descubierto acompañada también con una gargantilla de estrellas celestes bastante pegada al cuello recibió a Ykell bajo una inocente idea de que sólo se trataba de aquél niño, en ese entonces, mejor amigo de su pequeño que ahora tendría 18 años de edad, de aquél muchacho que jugaba con su hijo mayor en los jardines de su palacio mientras ella divisaba esas escenas que le traían buenos recuerdos de aquellas épocas por una ventana cuando se tomaba un té en compañía de su hija menor Júvila, rodeada de seis guardias poco antes de la entrada principal del palacio se dirigía a Ykell.

- Yk... Amalyvaka te ha tenido en su gloria, has llegado sano y salvo a Valyncia. Cuando me leyeron la carta de que vendrías lo primero que hice fue mandar a los criados para ambientarte una habitación que sea adecuada para tus gustos-.

Aunque Ykell preferiría mil veces dormir junto a su novio, evidentemente no le diría eso a su suegra, se sentía plenamente agradecido con ella.

- Mi señora – decía mientras hacía una reverencia a medias y se ponía de pie otra vez –. Incluso dormir en un sótano me habría bastado siempre y cuando se me permitiera convivir con ustedes, mi otra familia, la que me vio crecer junto a mis padres biológicos y me alentó para no dejar atrás mis proyectos.

Juegos de halconesWhere stories live. Discover now