Capítulo 6

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Zedd


Miro con recelo, hacia el gran jardín de la mansión al ver entrar a los Ivanok. Le doy una calada a mi cigarrillo y observo entre las sombras a los hombres de Viktor. Ellos creen poder protegerlo, cuando la realidad es que con sólo dar una simple orden mis hombres pueden desaparecerlo.

Si todavía lo soporto es por que, lo necesito pero cuando ya obtenga lo que quiero de el. Yo mismo me encargare de darle una buena despedida. Sonrío con diversión al imaginar sus gritos, nadie viene a mi casa y me falta el respeto.

Una cabellera oscura llama mi atención, puedo verla sonriendo a lo lejos por algo que ha dicho Darius. Aprieto mi mandíbula y siento molestia hacia la chica que hace que pierda el control de mi Kira.

Ella me vuelve débil, no sé qué me pasa cuando esta cerca de mi. Me hace querer tenerla entre mis brazos y no dejarla ir. Tengo que borrar esos pensamientos tan fastidiosos de mi cabeza, y tengo a él candidato para despejar mi mente en un entrenamiento. Darius debera hacerle frente a mi desafío ahora que Kira no esta cerca.


***


Camino hacia el patio trasero, la luz de la luna alumbra el inmenso bosque Komi, que nos separa de la civilización. Pocos son los que saben de la ubicación exacta de la fortaleza Kozlov, algo llama mi atención es Kira ¿Que hace aqui? Camino hacia ella y me detengo cuando veo como su cuerpo se tensa. La molestia crece en mi interior, al saber que no le agrada estar cerca de mi. Pero no se voltea, su mirada esta fija en el inmenso bosque.

Fui demasiado egoísta, al destinarla a vivir aqui. Pero no me arrepiento, no podía dejar al pequeño ángel, el moustro dentro de mi sólo esta tranquilo a su lado.

La veo abrazarse con sus manos, tratando de entrar en calor por el frío. Me despojo de mi sudadera roja y se la ofrezco ella me mira un momento con los ojos entrecerrados analizando la sudadera, evito sonreír están desconfiada. La toma y se la coloca, le queda muy grande por la diferencia de tamaños que hay entre nosotros, pero me siento mejor al saber que mi sudadera la cubre del frío y me gusta como le queda.

—Gracias.—Es lo único que dice antes de voltearse a contemplar la fría noche. Así permanecemos en silencio ella hundida en sus pensamientos viendo hacia el bosque y yo observándola embelesado de ella.

—Aveces quisiera que ellos estuvieran conmigo, los extraño.—Sus palabras hacen que me tense.

—Kira... Yo...

—No tienes que decir nada Zedd, es que... Yo no quiero estar sola en el mundo. Extraño a mamá, mis hermanos o lo poco que recuerdo de ellos. Y eso es lo que más me frustra Zedd los estoy olvidando.

Sus palabras son como dagas que me apuñalan en lo más profundo de mi. Si tan sólo ella supiera la verdad.

—Ya es tarde, hay que volver a la mansión Kira. —Digo con molestia.

El brillo en su mirada triste cambia y aprieta su pequeña mandíbula.

—¡¡Eres un idiota!!, estupido, engreído, amargado, puto egoísta....

La tomo de un rápido movimiento la envuelvo entre mis brazos y ella jadea, desconcertada. Puedo sentir como quema la piel de mi pecho con el simple rose de sus dedos, un suspiro se me escapa. Siento como su corazón se acelera junto al mío.

—¿Que... que estas haciendo?—Se escucha nerviosa.

—Lo que debí hacer hace mucho tiempo Kira.— Mi voz se vuelve más ronca.

Ella trata de liberse, yo sonrío con arrogancia.

—Si quieres irte, debes darme algo a cambio. —Susurro cerca de sus labios, mirándola fijamente a los ojos.

—Sueltame ahora mismo Zedd, no estoy para juegos tontos.

—Si me das lo que quiero. Te iras más pronto Kira.

La aprisiono mas entre mis brazos haciendo que este más cerca de mi. Que puedo ver su miedo al estar tan cerca de mi.

—Que...que quieres.—Dice tartamudeando.

—A ti.—Le digo con seguridad y ella palidece.

—Nunca, jamas podrás tenerme.—Dice furiosa.

—Pronto serás mía, siempre lo has sido, sólo que no te has dado cuenta Kira.

Es lo último que digo antes de unir nuestros labios. Muerdo su labio inferior haciendola jadear. Y temo perder a cordura, quiero más, mucho más de ella. Me esta volviendo loco y temo que sus labios sean adictivos.

La suelto y retrocedo dejándola sola, camino hacia la puerta tratando de tranquilizar  mi respiración. Miro hacia mi entrepierna y maldigo al ver mi erección, ¿Crei ya haber superado la pubertad? Ya estoy lo suficiente mayor para tener este tipo de problema por un beso. Todavía puedo sentir sus labios, su cuerpo. Camino hacia mi habitación me daré una ducha de agua fría. Al llegar observo a Andrea frente a la puerta, se lanza a mis brazos y trata de besarme pero me aparto para que no lo haga,  se pega a mi. Su mirada baja a mi entrepierna y maldigo, ella debe creer que ella la causo por que el brillo en su mirada me lo confirma.

—Veo que te da gusto verme Koslov.

Quiero alejarla de mi, pero el sonido de unos pasos llaman mi atención y al verla, me tenso. Ella me observa con la mirada más fría que me ha dado.

—No ves que estas interrumpiendo.— Dice con molestia Andrea hacia Kira que la mira con una sonrisa.

Ella camina hacia nosotros sin despegar su mirada desinteresada de mi.

—No se preocupen, ya me iba. Sólo quería devolverte la sudadera Zedd. Es inservible para mi.

La veo como se despoja de ella y me la ofrece. Aprieto mi mandíbula hago a un lado a Andrea y camino hasta estar frente a ella.

—No es lo que piensas Kira.

—No seas dramático Zedd, tú no me debes ninguna explicación. Tú y yo no somos nada.

Toma mi mano y el roce hace que mi piel arda. Abre mi mano y deja la sudadera, la observo como camina sin mirar atrás. Lejos de mi.

Te equivocas Kira, tu eres mi más presiado tesoro. El que mantengo cautivo del mundo. Mi bello ángel, Tu eres mi ángel en medio del infierno . —Susurro.

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