Escapando de lo natural.

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Pasan varios días y el joven Trodaire no logra encontrar nada en el lugar específico del bosque donde se encontraba la puerta que lo conectaba con este maravilloso lugar, aunque él podía observarla, pero no podía notar nada diferente. Sus investigaciones hablaban de rituales, cultos, secretos y pasadizos pero ninguno funciono desafortunadamente, se le estaba acabando el tiempo.

El simple hecho de no saber absolutamente nada sobre la lengua nativa de ese país, le dificultaba mucho más las cosas. La estadía no podía ser por mucho tiempo y la falta de dinero para sobrevivir le podía jugar en contra ya que no contaba con mucho debido al despilfarro que muy ingenuamente hizo para llegar a donde estaba, pero eso no le quito en ningún momento los ánimos, él era un universo fuerte y decidido, el lucharía lo suficiente y más, tan solo por tener el preciado tesoro en sus manos.

Sus noches se hacían más largas debido al incesante deseo, y el insomnio junto a sus miles de ideas eran su único acompañante en esta su aventura, la presión era cada vez mayor y no podía perder más tiempo ya que en sus pocas horas de sueños era la muerte quien le buscaba y le tomaba de la mano. Era hora de actuar y arriesgarlo todo

- ¿es que acaso este anhelo será el mismo que me llevara a la muerte? Se preguntaba a diario.

Un día antes de obligatoriamente partir del país, el joven, como era usual, no podía dormir. Las horas pasaban más lentas de lo normal y sentía que debía hacer algo, lo que fuera solo para poder entrar al bosque, se sentía impotente e inseguro, como si su viaje y todo su sueño hubiesen terminado en perdida. Suspiró lleno de decepción y dolor, dejando caer todas sus ilusiones, se estaba rindiendo...

...Pero mientras él lloraba desde las sombras se escucha el brusco rose de los arbustos una y otra vez, lo cual lo desconcertaban, algo sobrenatural se sentía, se podía percibir aunque así no lo quisieras. Más de una mirada se fijaba en aquel joven confundido y sin palabras ante lo que sucedía.

- ¿es acaso esto una broma? Preguntaba con tono arrogante el joven mientras se armaba de valor.

- Podemos sentir tu dolor, ¿quieres conocernos? Preguntaban más de tres voces en coro, de la manera más aterradora.

El joven no podía creer lo que estaba pasando y bajando las escaleras se dirigía hacia las voces.

- Si gustas puedes seguirnos, tu corazón es digno y tus ojos pueden percibir nuestro mundo. Afirmaban las voces mientras el joven se acercaba.

- ¿Si son reales porque no se muestran? ¿Qué querrían ustedes de mí? Seguía preguntando el joven.

- Prepárate porque tu viaje no fue en vano, todo está escrito. Respondían las voces mientras se mostraban ante el joven.

Se trataba de una especie de ectoplasma, no uno, sino varios de estos especímenes completamente desconocidos para él. Su miedo se transformó en asombro de un momento a otro, pensó que se trataba de un sueño lo cual le dio confianza para seguirlos. Estos le guiarían por un sendero que nunca vio durante sus días estudiando el bosque, manteniendo un paso calmado lo conducían hacia el interior, nadie podía verlos a pesar de que era obvia su trayectoria.

- ¿Acaso están ciegos? Se preguntaba el joven mientras caminaba.

Llego el momento que espero por tanto tiempo, maravillado y sin palabras estaba por entrar a través de ese portal del bosque, era una experiencia increíble, cada paso más cerca podía sentir como su alma se separaba de su cuerpo, como si este se quedase atrás mientras el avanzaba, como si estuviera flotando, algo completamente nuevo y que lo marcaria de por vida. Aunque temblaba de miedo seguía caminando, le costaba cada vez más mantenerse en pie, algo le quería arrastrar de vuelta, pero su lucha continuaba y poco a poco se adentró a lo desconocido

El poco cielo que podía verse entre el denso follaje de árboles estaba lleno de constelaciones, estrellas fugases pasaban a cada momento, extrañas nebulosas que dibujaban figuras increíbles nunca antes vistas, él sabía que nada de esto podía divisarse, al menos no en lo que se conoce como vía láctea. Rugidos espeluznantes se escuchaban a lo lejos, pequeñas criaturas voladoras tomaban un paseo nocturno, pero estas tenían un aspecto humano, como si de pequeñas mujeres voladoras se tratase; hojas que brillaban, caían de los arboles pero estas no tocaban el suelo, sino que flotaban cerca de él, criaturas corrían sacudiendo los arbustos y múltiples galopadas se escuchaban como manadas. Cada vez se iluminaba más el camino que dirigía hacia un destino incierto para el pequeño Trodaire maravillado y sorprendido... estaba viviendo lo que de niño leía en cuentos de fantasía y roll.

Fue el momento en el que el ente que lo guiaba desaparecía lentamente.

- El génesis de la gran batalla, nada puede detenerlo, el poder estará en tus manos. Decían mientras se desvanecían entre el denso bosque.

Luego de esto no logró seguir ni díez metros por el sendero que tenia en frente, al dar un paso en falso cayó por un agujero, la caída fue bastante considerable, cayó y cayó hasta golpear su cabeza y desmallar. Al despertar se sorprendió, estaba en un tipo de cueva pero podía ver en la oscuridad que se extendía por toda esta, sin saberlo se encontraba en una antípoda oscura, observó hacia arriba  y el agujero por donde cayó no estaba, seguir caminado hacia lo aterrador era su única opción.
Al terminarse el camino se divisaba entre la arboleda una gran población de criaturas extrañas, edificaciones que nunca antes vio y le sorprendían a cada paso que daba. Se trataba de un pequeño pero poderoso pueblo de elfos oscuros, el cual vivía del elipsir que manaba de una fuente que podía divisarse en el centro de este, miestras esta fluyera insesantemente le daba poder a las tropas las cuales eran muy privilegiadas al tenerla, a parte de los abundantes materiales y minerales que les rodeaban. Los más trabajadores y sabios elfos y elfas se reunían para mantener fluyendo dicho liquido mágico, para así defenderse del ataque de sus enemigos, ya que este no era un ambiente de paz.

Al llegar todos le veían con asombro y rareza, el se sentia como una presa la cual pronto se serviría en sus platos, pero poco sabía de a lo que estaba llamado y el poder que tenía.
Entre tanto asombro de la población fue capturado por los guardianes del pueblo y llevado ante la reina, ella era su más grande ayuda en este mundo lleno de sorpresas y peligros, él debía de estar a su orden ya que todo presentaba una amenaza y la rebelión no era una buena opción, sabia que podía ser la cena de todos muy fácilmente.

- ¡humano! Nos honras con tu presencia. Aclamaba la reina al verlo llegar paciente pero confundido a su palacio.

- ¿Dónde estoy? ¿Es este un sueño? ¿Qué quieren de mí? Preguntaba el joven muy asustado.

- Demasiadas preguntas, humano. ¿acaso no era tu anhelo venir acá? Preguntaba la reina.

- En realidad no estoy seguro de que esto sea real. ¿Quién eres tú? Seguía preguntando Trodaire.

- Soy la dueña y reina de todo lo que ves, humano, lo importante es que has venido y que estas del lado correcto, este bosque está lleno de bazofias. Hagan que el humano se sienta cómodo, debe estar preparado para salir mañana.

El joven Trodaire aun creía que podía despertar en cualquier momento, así que solo acepto la ayuda de la reina y se dirigió a donde una cama muy cómoda y comida  le esperaban, quería darle fin a todo esto, yendo a dormir dentro de su supuesto sueño volvería a la realidad, al menos ese era su plan.

Trodaire, lo diminuto del universo.Where stories live. Discover now