beso-gomita

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No entendía cómo Hiro podía aprender tanto de esa gorda y aburrida maestra de robótica. Sus ojos brillando por la emoción de aprender más acerca de su tema favorito lo desconcertaba. Él prefería mil veces tomar clases de guitarra, pero lamentablemente la beca no lo incluía, debía adaptarse a lo que sus padres podían pagar.

La odiosa voz de la profesora pidiéndoles que contestaran unas simples preguntas en su libreta lo hizo tumbar su rostro en la paleta del banco y dejar sus gomitas de lado, estaba seguro que a ese paso; reprobaría la materia.

Al escuchar una pluma ser golpeada en la libreta repetidas veces Hamada giró su mirada para encontrarse con la desesperada de Miguel. Levantó una ceja mientras seguía escribiendo tratando de concentrarse.

-¿Puedes dejar de hacer ese ruido? me desconcentra.- El pequeño bufó y el nipón soltó una risita. Claro, como para él todo era fácil. Después de eso nada más se escuchó... o eso hasta minutos después, cuando un mexicano comenzó a hacer el típico "tsss, chino" con intención de captar su atención, cosa que no tardó en lograr.

-Me llamo Hiro, no "chino"

-Sí, sí, lo que sea. Te cambio una gomita por la siete.- Dijo mientras levantaba su bolsita con gomitas.

Hamada sintió sus ojos casi salirse de su lugar, brillaron con mucha intensidad y sonrió.

-Quiero todas.

-¿Bromeas? mierda, chino, solo necesito q...- No tardó mucho en darse cuenta que la mirada del Hamada menor viajaba en dirección a sus dulces. Si era así entonces significaba que le gustaban. Sonrió en grande y suspiró.- Una gomita por pregunta.

-¿O sea que no solo quieres una, ah? parece que a alguien no le gusta la materia...- Exclamó burlón. El moreno rodó los ojos.

-Una gomita por pregunta.- Repitió, mirándolo directamente.

-Mmm... suena tentador. Acepto.- Dijo entre risitas, Rivera soltó un chillido de felicidad y comenzó a copiar la mayoría de sus respuestas, mientras movía su pie de forma adorable, según Hiro.

Y así continuaron por los próximos cuatro días. Una pregunta; una gomita.

Pero alguien comenzaba a cansarse.

-¡Chino! pasam...

-No.

-¿No? ¿por qué?.- Dijo desconcertado, formando un puchero.

-Una gomita es muy poco.

-¿Quieres dos?

-No.

-¿Tres?

-No.

-¡¿El paquete entero?!

-No.

-¡Hamada!

-¿Y si simplemente te esfuerzas y ya? están fáciles.

-Pero Hiro, estas son las más difíciles.

El mencionado no dijo nada más.

-¿Quieres un beso?.- Dijo sonriendo, haciéndolo aún más cuando logró ver un gran sonrojo en las mejillas del mayor.

-Uh, s-sí, sí quiero.- Balbuceó torpemente, acercando su rostro al del pequeño moreno. Este lo miró confundido y carcajeó fuertemente alejándose, Hiro no tardó en darse cuenta que había sido una broma. Sintió sus ojos cristalizarse y sin importarle los regaños de la maestra salió corriendo al baño. Dejando a un desconcertado moreno.

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Miguel se dirigía a su salón de clases, no había visto a Hiro en todo el día, y eso comenzaba a preocuparle. De pronto, logró ver una cabellera despeinada negra, corrió sin pensarlo hasta él y lo tomó del brazo, recibiendo un asustado "¡Agh" de parte de él. También no tardó en zafarse, alejándose como pudo.

-Hiro, ¿por qué no quieres hablarme?

No obtuvo respuesta

-¿Es por lo de ayer?.- Dijo burlón, evitando soltar a carcajadas. Hamada se sonrojó y se giró, queriendo caminar, pero el pequeño moreno esta vez fue más rápido, tomándolo por sorpresa al rodearle el cuello con sus cortos brazos.

Besándolo.

Los ojos de Hamada se abrieron al máximo. Se alejó como pudo e intentó regular su respiración.

-¿Q-qué m-mie...

-Ayer copié cinco de tus respuestas y olvidé pagarte.- Dijo con una enorme sonrisa, Hiro lo hizo también luego de unos segundos y se sonrojó aún más.

-Entonces me debes cuatro, ven aquí, cantorcito.- Murmuró burlón, tomándolo de la cintura y besándolo de manera tierna.

One Shots - Higuel. [Editando]Where stories live. Discover now