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1. (Editado)

La puerta de madera se abrió estruendosamente, haciendo que el Hokage diera un brincó del susto. Un joven hombre de cabello blanco y grisáceo se asomó por la puerta, dando a entender al Hokage que ese joven habia regresado de su riesgosa misión.

—Pasa adelante Tobirama.– El mencionado se acercó a la mesa en donde se encontraba su hermano mayor.

—Me alegra verte hermano. —Una pequeña sonrisa se formo en los labios de este.

—Cualdo volviste!? Por qué no me avisaron?!–Estaba algo dolido de que no le hayan informado nada.

–No comiences Hashirama!..-Su seño se frunció.

El mayor de los dos se puso en posición fetal, junto con un aura deprimente.

–No me grites-Comentó triste.

Como siempre reaccionó serio de costumbre,  a veces intentaba de no hacerle mucho caso a ese tipo de comportamientos sobre su hermano mayor, así que despejando su mente tomó un pergamino que trajo consigo y lo puso en la dónde había un papeleo de muerte, y un desorden inimaginable.

–Eres un sucio, ¿Como puedes tener toda esta basura aqui arriba?

—Pues yo trabajo casi las 24 horas-El castaño se sento en su silla, para luego buscar un papel en el "Chiquero" como le decia su hermano, solo estaba algo desorganizado... Verdad?.

El mismo busco meticulosamente sobre la montaña un papel donde había una misión de bajo nivel—Me llegaron informes de que habrá unos barcos que llegaran mañana—suspiro con desgano—Traeran algunas cosas desde el País del Agua, es esta tarde. Espero que puedas vigilar, y si hay algo sospechoso me házmelo saber.

El menor dió un suspiro cansado.. Tomó el papel de la misión ya firmada por el Hokage que daba su autorización, Y salió sin siquiera despedirse de su hermano.

-Tonto, realmente no se comporta como adulto algunas veces-Comentó por lo bajo.

.............


Las horas ibán pasando, el sonido de las olas era fuerte. Al parecer el mar se estaba volviendo agresivo cuando los enormes barcos llegaban cerca de la orilla. Tratando de ignorar los sonidos fuertes se sentó en una caja de buen tamaño solo para comenzar a meditar. Estar fuera de la aldea era más incómodo.

—Debería?

Se levanto tentado por el mar, si había algo que más le gustaba era el mar. Y la aldea por supuesto. Dejó caer su armadura y se acercó al mar, lejos de los barcos, Lejos del sonido, Lejos de todos. Corrió adentrándose más a este y nadó hacia las profundidades. El reflejo del sol hacía ver el agua cristalina y hermosa, «que tranquilidad» pensó.

Pasaron unos segundos y subió a la superficie en busca de aire, su cabello estaba mojado y chorreando agua mientras que sus ojos rubí estaban brillosos. Nada más hermoso que estar solo sintiendo el mar. Volvió a sumergirse en busca de ver algo más llamativo, su meta era llegar a la profundidad, que en realidad no estaba tan lejos de la costa, pero para el no era problema y lo logró. Sin embargo, sus pies tocaron algo desconocido que lo dejó inquieto, lo que al parecer lo que la luz le debaja ver eran hilos negros. «¿Cabello?» , su mente estaba en Shock. Siguió los largos cabellos hasta ver el rostro de alguién. Sin dudarlo este tomo el cuerpo y lo llevo a la superficie. Al subir, tomo una gran cantidad de aire y comenzó a nadar en dirección a la orilla.

-¡¿Estas bien!?-Preguntó mientras nadaba cada vez mas rápido, obvio.. No obtuvo respuesta. «Idiota» se dijo así mismo.

Colocó el cuerpo en la arena y se acerco a el, quitando todo el cabello de su rostro haciendolo aún lado. Apenas miro su rostro, era de una mujer joven. Tenia la cara hinchada y morada, una obvia consecuencia de no tener oxígeno. Él hombre comenzó a hacerle respiración de boca a boca mientras juntaba sus manos y lo golpeaba suavemente con el pecho de la desconocida.

«¿Esto servira de algo?» «¿cuanto tiempo llevara allí?» «¿Podre salvarla?». Su mente se llenó de preguntas

Luego de unos segundos de intentar salvar a la joven, un hilo líquido de agua a salido de la boca de la mujer. Comenzando a toser sonoramente, respiraba tan fuerte para obtener oxígeno.

El Senju, sudado y nervioso trataba de calmar a la mujer, sin embargo esta no dijo nada. Asi que sin perder el tiempo toml el hombro de la mujer y la miro directamente. Encontrándose con unos ojos color Verde agua, y con una cara morada e hinchada.

—Tranquila... Te llevaré con un médico.

La cargó entre sus brazos y la llevo en dirección al equipó que lo escoltó fuera de la aldea.

—Tobirama-sama. ¿Quién es?-Preguntó uno de los guardias.

—No lo se... En una mujer que me encontre Pérdida en el mar.

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Continuará.

 海の女 (La mujer del mar) | Tobirama SenjuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora