10. No es mi cosa

20 3 0
                                    

Esa tarde después de comer Carla y yo fuimos a mi casa, íbamos a dormir un poco, porque esa noche había una fiesta en la playa y se lo debía a Carla, ella me necesitaba , y yo no iba a fallarle.

-¿Tia, que te gusta más?- yo estaba recostada en mi cama mirando como Dana movía dos perchas haciendo como que llevaba puesta cada prenda enganchada en las perchas.
- El blanco, hará que parezcas más morena.- nada más decir eso ella agitó fuertemente su cabeza en modo de aprobación.

Frío inundó mi habitación, ya sabía que significaba eso, Carla estaba probándose veinte pares de shorts , quería gritarle que se tapase , pero pensaría que estaba loca , así que solo me digne a murmurar a la presencia, fuese Ethan o fuese otro espíritu, lo siguiente : " eres repugnante".

-Te he elegido un conjunto, creo que te va a quedar genial.- La emoción en la voz de Carla era impresionante, eso me hizo sonreír.

Me fui de la habitación para cambiarme, le dije a mi amiga que no podía cambiarme en mi habitación con el frío que hacía, se que ella no me creía, pero tampoco me puso ninguna pega. Demasiado es que había conseguido que saliese de fiesta, cuando solo quería dormir o conectar con los muertos.

Me miré en el espejo del baño, la verdad que el conjunto que me eligió Carla era muy bonito, pero no era mi estilo , así que cogí del cesto de la ropa limpia una camiseta de Pink Floyd  y me dejo los pitillos negros que llevaba.

-¿Que ha pasado con lo que te había preparado?- me puso un puchero al verme entrar por la puerta.

Me recosté en mi cama de nuevo mientras alzaba las cejas .- Buen intento Carla, tal vez otro día lo consigas, nunca te des por vencida.-alcé mi puño al aire para darle más sentimiento a mis palabras, a lo que ambas reaccionamos riendo a carcajadas.

-¡Ey pero mira quien es, Dana Thompson ! Es la primera vez que te veo en todo el verano señorita, eso no está nada bien eh.- me acogió entre sus brazos. Acabábamos de llegar a la playa y ya estaba Lucas dando gritos por verme, como un niño pequeño.

Lucas era un amigo que hice en los dos últimos años de instituto. Íbamos a la misma clase y siempre nos sentábamos juntos, al igual que siempre nos echaban de clase porque no nos callábamos ni debajo del agua.

-Me estás asfixiando.- Apenas se me entendía, porque mi cara estaba espachurrada contra su pecho, pero logré que él me entendiese y me soltase.

-Bueno, tu ven conmigo que te voy a conseguir una copa.- quería ir con él pero no debía dejar a Carla sola, me di la vuelta para decirle a Lucas que no podía porque estaba allí mi amiga, pero miré a todos lados y no había ni rastro de ella. Así que seguí a Lucas entre la gran masa de gente.

Ambos estábamos con una copa en la mano y bailando al ritmo de una música que no sabíamos de donde venía. Al rato vino una chica muy mona, era una amiga que había hecho él este verano, ambos me llevaron a un grupo que estaba separado de la fiesta.
Había unas diez personas alrededor de un fuego, una de esas personas era Chase, estaba tocando la guitarra mientras los demás cantaban.
Al vernos llegar el círculo se abrió para que pudiésemos sentarnos con ellos.
Iba a sentarme al lado de Lucas cuando Chase se echo para un lado así abriendo el círculo y me indicó que me sentase allí.
Lucas corriendo puso la mano donde yo me iba a sentar y me dio una sonrisa.

-Hola, no sabía que vendrías.- admitió Chase mientras me acomodaba a su lado. Yo le respondí con media sonrisa.

Todos eran muy simpáticos, conocí a algunos que iban a ir a la misma universidad que yo y eso me emocionó mucho. También me di cuenta de que Chase era buenísimo con la guitarra, eso hizo que me gustase más. Siempre me ha puesto un tío que sabe sobre algún instrumento.
Cada vez era más tarde, y cada vez había menos gente formando el círculo alrededor del fuego, el cual estaba ya extinguiéndose.

-¿Quieres probar?.- Chase me acerco su guitarra.

-No, no, no es mi cosa.- él alzo una ceja juguetona mente y se rió .

-¿No es tu cosa? ¿Cuál es entonces?.- su voz estaba ronca de cantar toda la noche y las llenas de sus dedos rojas de presionar las cuerdas del instrumento.

-Pues eso, no es mi cosa, mi cosa es la batería.- su cara era un cuadro , creo que no se esperaba que tocase la batería.

-Wow, podríamos formar un grupo.- ambos comenzamos a reír, por lo que él acababa de decir.

Al final me convenció de tocar la guitarra, me estaba enseñando algunos acordes , los cuales cuando los tocaba bien todos me aplaudían, cuando note a alguien detrás de mi. Me giré y ahí estaba , Carla.

Noches de insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora