One Shots Mevie

De una manera u otra (3/5)

Jay no tenía absolutamente ninguna idea de lo que estaba pasando pero logro entender algo.

"Oye, te has ido un tiempo, hermano. Pueden pasar muchas cosas después de la escuela secundaria", forzó una sonrisa nerviosa. Chad estaba muy confundido para darse cuenta.

Carlos entendió, lento pero seguro.

"... Sí, quiero decir, ha tardado mucho tiempo en llegar", forzó valientemente una sonrisa también. "Mal y Evie, Evie y Mal, con el tiempo iban a terminar juntas".

"¿Terminar juntas?" Chad cuestionó, genuinamente confundido.

"¿No estás viendo a alguien en estos días, Chad?" Evie inocentemente batió sus ojos hacia él.

Él altivamente se hinchó en su silla, pareciéndose mucho a un pájaro ridículo.

"Si.. pero." Chad seguía confundido.

"Por supuesto, recuerdo cómo es eso. Los príncipes fueron tan fáciles de enamorar.", Evie dio una risita. "Pero resulta que no necesitaba a un príncipe, todo lo que necesitaba era una mejor amiga".

"Qué dulce", Chad reprimió visiblemente un giro de ojos.

Mal y Evie habrían chocado si pudieran salirse con la suya. Ya su esquema estaba funcionando, ya Chad estaba luchando contra el impulso de retorcerse en su asiento al verlo y pensó en Evie con Mal.

"Bueno, es hora de pedir la cena.", Evie fijó una sonrisa agradable en sus rasgos y abrió su menú. "Eme, ¿qué fue lo que comimos la última vez que tuvimos una cita aquí?"

"Algún tipo de lasaña", respondió obedientemente Mal, mirando por encima del hombro de Evie y estudiando el mismo menú.

"Sí, eso estaba tan bueno".

"Lo ordenaré. Puedes comer de mi plato".

Los ojos de Evie se iluminaron.

"Mal, eres genial", se inclinó y besó a Mal en la mejilla.

"¿Solo genial? ¿Qué tengo que hacer para ser la mejor?"

"Comparte tu postre".

La expresión de Chad era como si alguien le hubiera pedido que buscara la raíz cuadrada de un número muy grande.

"Así que... ¿Ustedes solo están ... saliendo al azar?"

Miró a Evie, saltó por completo a Mal, luego miró a Carlos y luego a Jay.

"No, Chad, somos oficiales", le dijo Evie con una sonrisa orgullosa. "Mal es mi novia".

Chad se reclinó en su silla, abrumado por una risa desconcertada.

"Me voy de la ciudad y citas con chicas", dijo incrédulo, en parte para sí mismo.

"Te vas de la ciudad y salgo con una chica, una chica increíble", corrigió Evie, incapaz de luchar contra una sonrisa petulante por la forma en que Chad desaprobaba de todo corazón.

"Así que Mal es tu novia", tenía que repetir el concepto para sí mismo, sin poder entenderlo. "Debería haberlo imaginado. Ustedes dos siempre han sido así, demasiado unidas."