Parte 1

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Sam estaba angustiado. Habían pasado ya cuatro semanas. Un mes desde que perdió a su hermano Dean a manos del arcángel Mikel y no habían podido localizarlo.

La pesadilla comenzó cuando su hermano hizo un desesperado trato con Mikel para luchar juntos contra Lucifer.

Dean era el perfecto recipiente de Mikel en la tierra. El arcángel tomaría posesión de su cuerpo, librarían la batalla y una vez muerto Lucifer, Mikel se iría. Pero no había sido así, por supuesto que no, los ángeles no solían cumplir su palabra y este, el más taimado y cruel de todos, se limitó a encerrar a Dean en un recóndito lugar de su mente donde permanecía gritando furioso tratando de expulsarlo sin éxito. Mikel era poderoso, no iba a doblegarse a la voluntad de ningún humano.

Dean no había tenido otra opción que hacer lo que hizo. Lucifer se había llevado a Sam y a Jack, y supo que si no actuaba rápido los perdería para siempre, así que a pesar de desconfiar de Mikel, jugó su carta y perdió.

Al menos algo había salido bien, habían derrotado a Lucifer, de una vez y para siempre, había ardido, se había consumido el muy cabrón.

Dean había tratado inútilmente durante días de recuperar el control de su cuerpo, de expulsar al maldito arcángel de su interior, pero este era demasiado fuerte. No acataba sus órdenes y lo doblegaba sin piedad produciéndole un dolor inmenso sin apenas esfuerzo, como si Dean solo fuera un molesto mosquito que zumbara a su alrededor. Después de desgañitarse hasta quedar sin voz comprendió que no podría expulsarle. Dean se replegó entonces, en el oscuro rincón en su cabeza en el que Mikel lo había confinado. Por una vez en su vida, debía pensar antes de actuar, tenía que sopesar la situación y buscar la manera de recuperar el control de su cuerpo. Esta vez no tenía a Sam a su lado para analizar detalles y desentrañar pistas que abrieran el camino para resolver el problema. Ellos siempre habían sido el perfecto equipo, Sam investigaba y él actuaba, pero esta vez no sería así.

Sabía que estaban ante un enemigo formidable, también sabía que Sam y los demás vendrían a rescatarle, pero temía por ellos. Mikel era mucho más poderoso de lo que habían pensado, ahora que lo contenía en su interior, se dio cuenta de que lo habían infravalorado, apenas había podido atisbar una ínfima parte de sus intenciones de destrucción y desolación y no dudaba de que tenía el poder suficiente para alcanzar sus objetivos, así que esta vez, Dean se dijo que tendría que estudiar a su adversario como tantas veces había visto hacer a Sam cuando se enfrentaban a sus casos. Lo investigaría como a un monstruo más, debía analizar sus patrones de actuación, sus fortalezas, sus debilidades, y tratar de descubrir la estrategia adecuada para atacarle, buscar el mejor modo de apoyar desde dentro a los demás cuando vinieran a rescatarle. No solo debía expulsarle, debían vencerle y destruirle.

... ... ...

Sam sabía que el tiempo estaba jugando en su contra.

Dio un vistazo a su alrededor, estaban en el búnker, desde su lugar sentado frente una mesa observó el equipo que formaban.

Bobby y su madre estaban en la sala contigua entrenando a Jack en las artes de lucha, podía verlo esforzarse a través de la puerta abierta, el joven nefelim aún no había recuperado sus poderes, iba a necesitar bastante tiempo para recargarse después que Lucifer le había quitado casi toda su gracia, así que no estaba de más que supiera defenderse, por si el momento de rescatar a Dean llegaba antes de que estuviera recuperado a cien por cien.

Luego pensó en Castiel, el ángel que siempre los ayudaba, tampoco contaba con sus poderes aunque estos no tenían parangón con los de Mikel, solo Jack tendría la posibilidad de vencerlo en el caso de que estuviera de nuevo totalmente recargado cuando lo encontraran, por eso rogaba cada día para que la gracia del joven nefelim aumentara exponencialmente, cosa que aún no había sucedido.

RESCATE FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora