7

0 0 0
                                    

Ahora tengo ganas de irme, llevándome todo ese mundo que tengo en mi cabeza y
los diez o doce cuentos que ya tenía preparados para Octavio, mi nieto. No voy a
suicidarme (¿con qué?), pero no hay nada más seguro que querer morir. Eso
siempre lo supe. Uno muere cuando realmente quiere morir. Será mañana o pasado.
No mucho más. Nadie lo sabrá. Ni el médico (¿acaso se dio cuenta alguna vez de
que yo podía hablar?) ni el enfermero ni Teresita ni Aldo. Sólo se darán cuenta
cuando falten cinco minutos. A lo mejor Teresita dice entonces papá, pero ya será
tarde. Y yo en cambio no diré chau, apenas adiosito con la última mirada. No diré
ni chau, para que alguna vez se entere Octavio, mi nieto, de que ni siquiera en ese
instante peliagudo violé nuestro pacto de sangre. Y me iré con mis cuentos a otra
parte. O a ninguna.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 06, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora