VI. Barbie

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BARBIE

Venir de una familia de seis hijos, y ser la tercera no era fácil, debías aprender a compartir todo y no cometer los primeros errores.

Desde pequeña, padre me enseño lo que era el trabajo duro y a ganarse el pan de cada día; valore la importancia de la educación y tener un buen promedio. Aprendí del mundo a través de la inocencia de mis ojos, siendo obligada por la vida a enfrentarme a todo y todos para salir adelante.

Cuando niña, comenzó el apogeo de la muñeca Barbie, toda niña quería una, yo no era la excepción, durante semanas y meses me porte estupendamente, acatando cada orden o labor de mis padres, pidiendo como única recompensa o regalo de cumpleaños, una muñeca Barbie, sin embargo, era un lujo que no podían darme, "si te damos una, tus demás hermanas también la querrán y tus hermanos pedirán otro juguete equivalente". Lo que sustituyo a Barbie no fue sino una muñeca que si le apretabas demasiado la cabeza se quedaba así, deforme por siempre.

Mi solución fue juntar las muñecas de mis hermanas, que eran ya mayores para jugar con ellas; mi imaginación, persistencia y creatividad, me llevo a diseñar un desfile de modas, con pasarela de cartón y vestidos de retazos de tela, el mejor espectáculo de moda.

Fui obligada a crecer demasiado pronto, a dejar mis estudios y comenzar una vida laboral, ganando un sueldo que iba a parar a manos de padre para ayudar con los gastos del hogar, pero era ingeniosa y ante sus ojos ganaba menos de lo que en realidad hacía, gracias a eso, con mi primer sueldo, cumplí mi sueño, corrí a la tienda a comprar mi primera muñeca Barbie original, con 15 años me senté tal niña pequeña a jugar con ella, fue lo más grandioso de entrar a la vida adulta.


- P E N G U I N   B L U E

Crónicas de un corazón pensanteWhere stories live. Discover now