—¡¿Como puedes decirlo con ese tono de aburriento?!— alguien me había gritado, era una voz que no conocía pero era de mujer.
Me di la media vuelta y me encontré con una niña. Bueno, no exactamente una niña, tendría cómo sus quince o catorce años. —¿que?, ¿lo defiendes?, parece que a alguien le hace falta el muerto pedófilo, pero tranquila pequeña, si no estamos en un sueño, papi caliente vendrá a metertela muy duro por tu maldito ano mientas muerdes sus almohadas— dije mientras me le acercaba y le jalaba su moflete izquierdo.
Todos los presentes ahí me miraban con odio. Unos con asco y otros ni siquiera me miraban, estaban perdidos en las piernas de la niña, y la miré con detenimiento:
Ojos color celeste, un largo y hermoso cabello rubio claro, un pequeño y blanco cuerpo, pero con unas piernas bien definidas y gruesas. Tenía el uniforme de la escuela, así que suponía que era de primer año.Escuché gritos por los pasillos, sabía que esas cosas se acercaban. Me aleje de la niña y fui a un casillero que había al fondo del salón. Lo abrí y encontré dos escobas con palo de manera y un mechudo, esta también con un palo de madera.
Quité los peines y el mechudo y los golpeé contra la pared carias veces hasta que se rompieron dejando una parte con punta.
Le di uno a Alex, uno a Pichith y el último me lo quede yo.
—Debemos ir a casa, pero también de debemos tener con que protegernos ¿no?— dije con una sonrisa de lado.—Si logramos llegar al estacionamiento podremos subir y regresar a casa en un autobús escolar, pues los conductores dejan las llaves conectadas en los camiones — dijo Pichith. Asentimos, ese seria el plan, y por moral y ética nos llevamos a la rubia con nosotros. Lo cual me dijo que se llamaba Lila.
Teníamos la siguiente posición:
Pichith iría adelante.
Luego iría Lila.
Seguida de ella iría Summer.
Yo iría detrás de Summer.
Y Alex iría detrás de mi.
Ya estaba todo planeado, sólo nos estábamos preparando para salir.
Agarré mi mochila y le saque todos mis libros y libretas. En un movimiento rápido Moru salió de mi mochila.
—¿Por que sacas tus cosas?— me preguntó Pichith. —Por que una vez que estén en el autobús regresaré a la enfermería por medicinas— dije terminando de sacar mis cascos y mi mp3, estos dos últimos los dejé, en mi mochila.
—La casa queda a la otra mitad de la ciudad, pero no podemos ir directamente, tenemos que rodear la ciudad— dije mientras buscaba más cosas con punta para defendernos.
—¿Por que tenemos que rodear la ciudad?— preguntó la rubia.—Por que a menos que quieras pasar por toda esta mierda, rodear la cuidad es nuestra única opción.— dije de manera inmediata y con un tono cansado.
Me estaba cansando de que esta rubia me cuestionara por todo lo que decía.
Intente hacer que Moru entrara a la mochila, después de varios intentos me resigne y deje que se quedara a fuera.
—Agh, Summer ¿podrías tener en tus brazos a Moru? Es que no quiere entrar a mi mochila y no quiero que algo le pase— Summer asintió y lo tomó en brazos.
Los gritos se escuchaban más cercanos a nuestro salón.—¿Están listos?— pregunté, todos negaron. —Bueno, pues aquí vamos, y recuerden, no importa lo que pase, sigan hasta llegar al camión, y si llega el momento yo me separaré de ustedes y los distraeré para que puedan seguir.— esto último lo dije en un susurro y no lograron escucharlo.
Nadie excepto Alex.
Abrimos la puerta del salón y salimos corriendo, parte del plan era evitar los pasillos principales de la escuela. Los cuales en este caso estarían infestados. A los minutos de salir escuchamos gritos. Aceché hacia el salón y vi cómo esas cosas entraban a lo que hace minutos era nuestro salón. Pude ver que abrieron la ventana y vi la cabellera con mechas salir del salón seguida de una bestia producida por chochos y una cabellera castaña.
Estaban buscando algo con la mirada. Algo no, a alguien, y ese alguien eramos nosotros.
Le dije que sigamos, intentaron ver que sucedía y sólo les dije que entraron esas cosas al salón.
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La Cura Mortal
General FictionLa vida no siempre es fácil, mas cuando no tienes recuerdos de tu vida, cuando despiertas después de dos años de un coma, cuando en tu primer día de clases en el instituto te hacen la vida imposible, cuando no termina el día y en pleno descanso se...