Fuego pensó el chico esmeralda, fuego verde, no, no, es fuego no es verde. Es la luz que se refleja en los ladrillos verdes. Estaba en el suelo verde, escondido, con la túnica verde llena de cenizas y medio desgarrada. Estaba sentado en el suelo de oro con las rodillas pegadas a la cara y las manos envolviéndolas. Estaba apoyado en un pilar verde que parecía balancearce con cada sacudida de la tierra. Lloraba, o eso le parecía. Llevaba horas escondido detrás de aquel pilar al que los maestros Amarillos denominaban el pilar de la Furia.
El maestro Valven le había enseñado su historia, había muerto. Fue el primer pilar del gran edificio en el que los maestros y novícios estudiaban, investigaban, leían y aprendían la Vida del Mundo. El nombre venía de la furia de los capataces que habían torturado a los esclavos que habían construído la ciudad.
<<Parece que las almas de los esclavos se vengan>>pensó el chico esmeralda.
En ese momento el pilar se sacudió violentamente y se resquebrajo desde el techo hasta el suelo. <<Porfavor que pare>> se dijo sollozando.
La columna se partió en dos y fué a caer encima del novício. Se apartó torpemente arrastrándose por el suelo de baldosas de oro. Unos novícios pasaron corriendo por su lado corriendo y llorando. Dos de los muchos hombres que habían invadido la ciudad íban detrás de ellos. No lo vieron.<<Son niños>>pensó.
Los recordaba. Los había visto por los pasillos muchas veces. No los volvería ver. Nunca. El fuego ya llegaba a dónde estaba. Gritó, pero no había nadie que lo pudiera oír. Se levantó con un esfuerzo sobrehumano. Le dolía todo el cuerpo. Había corrido mucho, hullendo de los soldados que habían asesinado al maestro Valven. Corre le había dicho el antes de que lo matáran. Había corrido como nunca llegó a correr y se había escondido en el pilar de la Furia. No sabía cuanto tiempo había pasado escondido. Poco se dijo. Pero era imposible saberlo. El cielo se había teñido de rojo y cenizas y no se podía diferenciar el día de la noche.
Empezo a a caminar entre las ruinas del pilar y enseguida tuvo que parar por qué sintió una punzada de dolor en el tobillo. Se lo había fracturado. Le habían enseñado a curarlo como a todos los novícios de último año pero no tenía recursos para hacerlo. Corrió como pudo, cojeando. Llegó a una terraza y no estuvo preparado para lo que vió. El cielo ardía, las torres Reflejo ardían, la Gran Biblioteca ardía. Los soldados seguían disparando sus máquinas de destrucción demoníacas que lanzaban piedras ardientes a la ciudad.
Una torre se derrumbó ante las incesantes pedradas llameantes. Provocó un estruendo tan grande que tuvo que taparse los oídos. Cuando destapó sus oídos todo era silencio, todo había cesado.<<Se ha acabado?>>pensó.
Las columnas que aguantaban la terraza se partieron y la terraza se derrumbó.
Su último pensamiento fue para la familia que no había llegado a conocer.
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Memorias de Valtynos
Fantasy(EDITANDO) Yanos de Valtynos, hijo del rey Gerion viaja a la Ciudad de Dioses con su padre por primera vez. Aconteciminetos que ocurrirán en esta historia llevarán a crecer y a madurar a un niño de doce años, que vivirá muchas vidas.