Otra ciudad,otra vida,pero la misma mirada perdida.

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Pasaron los meses, tú y yo sin hablar, como quedamos, nos tuvimos que separar, por motivos imposibles de explicar.
"Sin hablar" para nada es sinónimo de "olvidar".
Yo no solía frecuentar ese bar, nos vimos, la vida parece que otra vez nos quería juntar, o el destino con nosotros jugar...ya no sabía que pensar.
Había mucha gente, no se podía pasar, pero la sensación... como si estuviéramos tú y yo solos en aquel bar...
No sabía si irte a saludar, pero sé que si no lo hacía, no me lo iba a perdonar.
Me decidí, respire hondo, baje aquellas escaleras y a saludarte fui.
Entre la multitud andando, sin apartar la vista de ti, donde estabas tú me dirigí, mucha gente pasando, cruzando, bailando... pero la sensación era como cuando vas en coche... ves miles de árboles pasando, pero en ninguno te terminas fijando.
Nos volvimos a ver, es curioso, parece que la última vez había sido ayer...
Mi corazón se empezó a acelerar, cientos de recuerdos en unos segundos a mi mente comenzó a bombear...
Poco rato hablando, pero bastó para quedarnos los dos aquella noche pensando.
Un "hola" maquillado en un "necesitaba verte".Un "¿Qué tal?" maquillado en un "me muero de no saber nada de ti en este tiempo".Un " ¡Qué guapa estas!" maquillado en "besarnos los labios".Un "adiós" maquillado en un "hasta pronto"... Así fue la conversación... maquillada.
A las tres horas me mandó un mensaje, si nos podíamos ver, yo ya estaba en casa, creo que ese "error" no podíamos cometer, a los dos días tenía un boleto de avión, a ese país tenía que volver...
Es duro, sonreír frente a esa persona cuando por dentro el corazón llora, y fingir un "estoy bien" cuando el corazón en ese momento se empieza a desquebrajar en pedazos... en pedazos de recuerdos, como un iceberg, en el que el 90% de él no se ve, lo mismo pasaba con nuestros sentimientos y pensamientos, ocultos... ocultos en ese mar de lágrimas interno, en el que flotaban a la deriva... Y yendo a contracorriente...
Ese iceberg, nuestro corazón, inmerso en las profundidades y oscuridad de un océano de lágrimas, desquebrajándose y rompiéndose en mitad del océano, donde hace mucho ruido, pero nadie lo oye...
Rompiéndose a gritos... en el silencio de esas espectaculares vistas... en medio del océano, en el que nadie lo oye y tampoco ve...
Un iceberg, en fase de deshielo, en el que por él, poco se podía hacer...
No tuvimos un final feliz, posiblemente para que no haya final...
Los finales felices no existen, porque las buenas historias nunca terminan...
Es duro, poner punto y final, cuando el corazón lo deja en puntos suspensivos...
Éramos dos "desconocidos" con recuerdos en común...
Llegué a casa, en la cama me tumbé, fotos, mensajes y mensajes nuestros antiguos empecé a ver y leer.
Me empezaron a salir las palabras por los ojos, y a caer recuerdos por mis mejillas... si, eran lágrimas...
Si, lo admito, soy hombre y he llorado por una mujer... ¿y qué?.

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