-1- (M)

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Me cago en la universidad de los duendes.



— Bueno y ¿quién empieza narrando? — pregunta Chloe

— A mi me da igual— contesto

— Pues empiezas tu — sonríe Brooke

— de acuerdo, venga fuera— la echo de la habitación y me siento en frente de la cámara.

— esto comienza así...


*flashback*



— mamá deja de llorar — protestó Emma

— Que mayor se ha hecho ya mi niñita­— suspiró la señora Parks

— Mamá, ¿y tú porque no lloras? — pregunté mirando confusa a mi madre

— No sé, creo que ya tenía afrontada esta situación — se intentó excusar — no te voy a mentir, no pensé que llegarias tan lejos..

Todas las madres de mis amigas llorando menos la mía que simplemente me miraba como diciendo: "Una menos, solo queda otro" Aún no se si realmente mi madre me quiere.

Miré a mi hermano, el cual estaba sentado en el suelo analizando todos mis movimientos.


-Los pasajeros del vuelo 3567 con destino a ColdLand pasen al embarque-


Aquella voz acabó con todas las despedidas y abrazos que se estaban dando hasta el momento. Sin más misterio me acerqué a mi hermano.

— Cuídate enano, ahora mandas tú en la casa ¿vale? — asintió fundiéndome en un abrazo.

— Hasta luego chicas, y suerte en todo — dijeron todos los familiares

— Chicas, ha llegado nuestro momento — afirmó Laila con una gran sonrisa.


(...)


— SÁQUEME DE AQUÍ, SOCORRO, ESTO SE VA ESTRELLAR— gritó Chloe intentando desabrocharse el cinturón.

— Perdone señorita, no puede desabrocharse el cinturón estamos a punto de despegar— le interrumpió una amable azafata

Definitivamente creo que la dura de Chloe le tenía pánico a los aviones y para suerte de ella, estaba sola, nos había tocado a todas separadas.

No sé dónde se sentaban las demás ni con quién pero a mi me toco sentarme al lado de un señor ancho de huesos, con pelo grasiento.Estuvo las 4 horas de viaje durmiendo sobre mi hombro poniéndome el pelo en la cara y babeando mi camiseta. Y pesar de mis esfuerzos para moverlo, no logre nada.

Una vez huido de ese señor, todas juntas estuvimos buscando POR MAS DE UNA HORA EL TAXI QUE PROMETIÓ ENVIAR LA UNIVERSIDAD.

Después de buscarlo por todo el aparcamiento y no era pequeño que digamos, lo encontramos a la entrada. Un hombre moreno bastante canoso apoyado en la puerta sujetando un cartel con todos nuestros nombres.

— ME CAGO EN LA UNIVERSIDAD DE LOS DUENDES — grité sin sentido — me salió del alma, lo siento.

— ¿Universidad Brown? — preguntó Allison con toda su cortesía

— Si, suban señoritas— mostró una gran sonrisa.

Obviamente no era un coche pequeño, era más bien una furgoneta, no era la típica maloliente y sucia al contrario dentro olía a jazmín y todo estaba realmente ordenado.

— Y bueno chicas, ¿qué les ha hecho ir a la Universidad de Brown? — preguntó el conductor

— Porque era de las pocas que tenía todos los estudios que queríamos tener todas — contestó Megan

— Entonces son muy amigas, por lo que veo — rió

Después de más o menos una hora charlando de cosas aleatorias, llegamos.

— La madre del cordero— dijo sorprendida Brooke

— Esto... es precioso— añadió Emma. EL suelo pavimentado del centro contrastaba con los jardines de los lados. Ella tenía razón era precioso, por la época de año que estábamos, casi finales del verano principio de otoño , muchos árboles empezaban a teñirse de tonos naranjas y rojos. Dandole a la universidad un ambiente de ensueño y otoñal.

— muchas gracias Señor...

— Ken — continuó el conductor

— muchas gracias señor Ken — le agradeció Allison

— hasta pronto señoritas.

— Será hora de entrar — Chloe la marcha sin emoción


A nuestros pies se extendían y montón de puesto con diversas fraternidades, mixtas, femeninas, masculinas... obviamente con muchos chicos y chicas a su alrededor luchando por entrar en la mejor. Sin más tiempo que perder, nos dirigimos al establecimiento principal, de cual salía una gran fila de estudiantes.


— Ehh... ¿y esto? — pregunté dudosa

— Ohh ustedes son nuevas— habló una chica a nuestra derecha haciendo que todas nos giremos en su dirección, tenía una carpeta contra su pecho y parecía dedicarse a informar a los nuevos alumnos— esa fila es para registrarte será hora de que os pongáis en ella, tenéis para un rato.— y se fue sin más ha hablar con otras personas

— Que narices...— dijo confusa Laila

— Bueno, hagamos le caso parece saber lo que dice. — sentenció Emma


TRES HORAS ESPERANDO LA MALDITA COLA, PARA QUE LUEGO SOLO ME PIDAN EL NOMBRE Y LOS APELLIDOS.


— ¿Necesita algo más, señora? — pregunté amable a la mujer que te atendía

— No. — respondió seca

— ¿De verdad que no?

— No

— ¿Está segura? ¿Amelia? — leí en su chaqueta

— Si, no necesito nada más

— Y HE ESPERADO TRES PUTAS HORAS PARA ESTO — Grité a la mujer. Mi paciencia se había esfumado por completo junto con la coherencia y tranquilidad.

— ¿Quiere que llame a seguridad, señorita? — dijo esta en tono neutro

— ADELANTE LLAMELOS A VER SI ELLOS LO VEN NORMAL— seguí gritando. Tenía que necesitar algo más , era imposible que hubiera hecho esta cola para nada.

— Bueno... Maia.. es hora de irse, dile adiós a la señora — me arrastró canturreando mi amiga pelirroja.

— DE ESTA NO SE LIBRA AMELIA ,YO ME QUEDO CON TODAS LA CARAS, ME OYEE— la amenacé mientras mis amigas me sacaba a la fuerza de alli. Se lo merecia.

Después de que me calmara y respirara hondo, Megan habló


— Bueno, creo que es hora de elegir fraternidad

KIWI: La libertad en frutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora