CAPÍTULO 7

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el auto se detiene así que me supongo que ya llegamos y debo confesar que estoy un poco nerviosa, pero sé que todo saldrá bien o bueno eso es lo quiero pensar

-ya llegamos- escucho lo que Iván dice así espero que el baje las maletas y algunas cosas de la cajuela para luego salir...

- ¡Iván! – escuchó que el patrón me llama así que lo volteo a mirar

- ¿¡donde demonios estabas!? hace más de dos horas te mande a que recogieras la enfermera y a su hermano- tomó la silla y me desplazo hasta estar enfrente de él

-lo se patrón, pero había mucho tráfico y me retrase un poco, pero...-

-no quiero más peros ni excusas simplemente eres un incompetente que ni siquiera eso fue capaz de hacer bien, ¿dónde demonios están la enfermera y su hermano? -

escucho como aquel hombre que supongo es el señor Montenegro así me decido por salir finalmente del auto -estamos aquí señor tampoco fue culpa de Iván que no llegara temprano por nosotros el tráfico lo retrasó y a todos nos puede pasar no hay necesidad de que lo trate mal al fin y acabo ya estamos aquí- me acerco un poco a donde estaba el señor Montenegro 

escucho como aquel hombre que supongo es el señor Montenegro así me decido por salir finalmente del auto -estamos aquí señor tampoco fue culpa de Iván que no llegara temprano por nosotros el tráfico lo retrasó y a todos nos puede pasar no hay nece...

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-Así que tú eres la enfermera- me acerco un poco -tú no eres nadie para meterte en esta conversación y mucho menos estar defendiendo a este incompetente así que mejor toma tus maletas y entra a la casa y espérame allá que enseguida voy a darte las indicaciones-

-óigame señor usted...- dejó a medias la frase que iba a decir ya que Ángel me tomó del brazo mientras toma las maletas y nos dirigimos en dirección a la casa -debiste dejar que pudiera en su lugar al señor Montenegro que Iván o nosotros trabajemos para él no le da el derecho de que nos menosprecie o trate mal simplemente porque somos sus empleados también merecemos respeto- frunzo el ceño mientras tomo las maletas y subo unas gradas para entrar a la casa

-Hablaremos sobre esto después Iván y ya vete que no quiero verte- me dirijo a la casa -llamare a Roza para que lleven sus cosas a sus respectivas habitaciones

-no se moleste señor Montenegro que nosotros lo hacemos- lo interrumpo mientras tomo las maletas

Escucho lo que el joven dice así los observo tomar las maletas -tu no- le digo a la enfermera mientras la observo- debemos hablar y te explicare lo que harás, hay esta Roza- la observó acercarse -lleva al joven a su habitación y manda a alguien por las cosas de la enfermera para las lleve a su habitación estaré en el despacho hablando con ella por si algo

escucho lo que Marco dice así que guió al joven hacia su habitación y en el camino hablo con unos de los empleados para que lleve las cosas de la enfermera a su habitación

observó que el señor Montenegro llegar hasta un elevador así que me acercó para ayudarlo con la silla

-veo que ya comenzaste a hacer tu trabajo- undo el boton para subir -Me imagino que Diego te habrá comentado un poco lo que harás-

-Si señor me dijo que le haría sus terapias, que le daría sus medicinas y lo ayudaría en lo que fuera- observo las puertas del elevador abrirse así que tomo la silla y lo guio hasta llegar a su despacho

-Supongo que también te dijo que solo tendrás un día de descanso que tu podrás escoger que día será, puedes tomar asiento-

-gracias, si, aunque tengo una duda y con todo respeto señor Montenegro ¿porque usted no deja que yo lo bañe y lo vista? eso también es parte de mi trabajo y me gusta hacer mi trabajo bien hecho- lo observo pasar una mano por su cabeza en señal de su incomodidad

-creí que Diego también te había dejado eso en claro, pero bueno estoy rodeado de empleados incompetentes- resoplo un poco incómodo

-Diego si me explico su razón, pero yo siento que usted debería cambiar en ese aspecto en su forma de pensar y dejar que lo ayude- frunzo un poco el ceño ante su comentario

-veo que eres un poco imprudente, solo te contrate para que me hagas las dichosas terapias, me des la medicina y me acompañes y ayudes a hacer las cosas que evidentemente yo ya no puedo hacer así que a eso te dedicaras así que te pido que te limítese a hacer lo que te acabo de decir-

Escucho atentamente lo que me dice así que cierro por un momento los ojos y respiro lentamente para no decirle un par de verdaderas bien merecidas -como usted diga señor-

-mañana comenzarás con tu trabajo y otra cosa no creas que tu hermano estará de niño bonito así que ya dejé unas indicaciones con Roza para que lo coloque a hacer algo en la casa o en la empresa así que mañana te avisara que hará tu hermano y soy Marco Montenegro-

-Soy Elena Scott- estiro mi mano para estrecharla

-bienvenida y sin más ya puedes retirarte-

-Sí señor y con su permiso- me levanto de la silla para retirarme...

tomó la silla y me desplazo hasta llegar a un mini bar y tomo la botella de whisky y me sirvo un poco, hasta el momento no había conocido a alguien que me desafiara con la mirada hasta hoy que llegaste tú Elena y me dejaste impactado con esa mirada Angelical pero a la vez desafiante con tu valentía para defender a los demás sin importarte nada, bebo un trago mientras cierro los ojos y como si fuera cosas del destino su rostro y mirada aparecen de nuevo haciendo que por primera vez me cuestione la manera tan fría en cómo la trate...

no debí ser tan dura con el señor al fin y acabo la situación que está viviendo no es nada fácil y así como hay gente que lo supera fácil también hay gente que demora más en superarlo o que nunca lo hace y su mirada tan penetrante dice tanto que comienzo a pensar que su frialdad y su imponencia es solo un escudo para no dejar ver su debilidad y fragilidad...

¿ALGO SUCEDE EN MI CORAZÓN?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora