Caminaba por la cocina hasta llegar a las habitaciones de los empleados y toco la puerta
- ¿quién es? - me levanto de la cama
-soy yo Ángel-
-pasa Lena- la interrumpo
- ¿cómo te pareció la casa Ángel? – me siento en la cama
-es realmente hermosa y de hecho esta habitación es mucho mas grande que la que tenia en la hacienda y hable con la señora Roza sobre mi estudio y me recomendó un instituto bueno a un par de calles y ahí aceptan becados así que puedo postularme para una beca-
-eso es genial hermano hablara con el señor Montenegro para que sepa que día escogeré libre y así iremos a averiguar bien lo del instituto- me levanto de la cama -solo venia a ver como estaba y que tal te sentías así que mañana nos vemos- camino hacia la puerta
-hasta mañana Lena-
Escucho a Ángel despedirse -que duermas bien hermano- digo antes de salir de su habitación y caminó en dirección al elevador para dirigirme a la habitación del señor Montenegro para comenzar con su primera terapia...
Estaba en mi habitación esperando que la enfermera llegara para comenzar con las terapias, aunque la verdad no le veo gracia de igual manera no volveré a caminar y las cosas seguirán igual o peor que antes
-buenas noches señor Montenegro siento un poco la tardanza- camino hasta una pequeña mesa y tomo la crema para ponerla en mis manos y acercarme
-no te preocupes- la observó acercarse así que me acomodo un poco mejor
Tomó su pierna y comienzo a dar masajes suaves -debió comenzar con estas terapias desde el inicio- comienzo a ejercer un poco más de fuerza en el masaje
-no le veo el caso al fin y acabo ya no volveré a caminar- cierro los ojos ante la molestia -aunque no pueda mover las piernas aun tengo un poco de sensibilidad en las piernas y no es muy grata esa sensibilidad- aprieto suavemente la sabana
-Lo se señor Montenegro, pero hay que calentar sus músculos aun si no puede moverlos- comienzo a levantar ligeramente su pierna derecha y a doblarla
- ¿ya conoces la casa? - gruño un poco ante la incomodidad – ya es suficiente por hoy Elena
-aun faltan 5 minutos para terminar sus terapias Señor- trato de hacerlo lo más despacio -sé que duele, pero es por su bien-
Cierro los ojos mientras empuño suavemente la sabana con mi mano - ¿ya terminamos? -
-si señor- tomó una toalla y me limpio las manos - ¿dónde están sus medicinas señor? – lo ayudo acomodarse mejor
-están en la mesa junto a la puerta- indico mientras la observo
-gracias señor- me acerco a la mesa y tomo las medicinas, comienzo a sacar las pastas y se las doy y a continuación tomó un vaso de agua y se la entregó -hasta mañana señor que tenga buenos sueños-
-hasta mañana Elena que descanses bien- la observó mientras se va
Desde el accidente no había sentido esa sensación tan ajena y a la vez tan maravillosa de que una mujer me estuviera tocando sus manos quemaban mi piel por un extraño deseo que crecía en mí poco a poco un deseo que me hacía añorar sus manos de nuevo en mi piel y desde hace mucho no sentía algo así, cierro ojos y suspiró un poco -que me has hecho Elena como para que me cuestione a mi mismo- susurro mientras trato de dormir...
Abro la puerta de mi habitación así que caminó directo al baño para darme una ducha relajante, cierro los ojos mientras siento caer agua enseguida de que los cierro sus ojos vienen a mi mente sin darme opción de no pensar en otra cosa, aunque por otro lado no puedo quitarme la sonrisa de aquel hombre del aeropuerto y no dejo de pensar que sería agradable volver a verlo de nuevo tomó la toalla y salgo del baño así que caminó en dirección a la cama y tomó las piyama de la cama y comienzo a vestirme...
Iba un poco tarde a la casa me había quedado unas horas extras para poder terminar un proyecto para una nueva asociación, tomó mi celular y observó la hora mientras paró en un semáforo – es un poco tarde pero lo bueno es que las calles están más solas y así puedo manejar un poco más rápido- me digo a mismo mientras acelero un poco pero antes de poder frenar y evitar que otro auto me estrellara e hiciera que mi auto diera varios giros y finalmente caer boca abajo...
-¡¡no!!- me levanto agitado y sin poder respirar bien - ¡roza! Grito sentándome en la cama - ¡Elena! – trato de calmarme mientras comienzo a respirar lentamente
dormía plácidamente hasta que comencé a escuchar unos gritos llenos de pánico así que tomo una bata y me la pongo para salir de inmediato al pasillo - ¿qué sucede? – pregunto mientras observo a Roza
-es Marco de nuevo con esas pesadillas voy a ir a verlo-
-no te preocupes voy yo Roza tu ve y acuéstate yo atenderé al señor- la interrumpo mientras camino en dirección a la habitación del señor dentro la habitación y lo observó muy agitado -tranquilo señor ya llegue, me acercó mientras tomo su mano para tomar su pulso le daré un poco de agua para que se tranquilice señor o puede temer un ataque de pánico- tomó la jarra y llenó un vaso de agua, aquí está señor vaso de agua extiendo el vaso -respire lentamente- me acerco para tocar su frente y tomar su temperatura está hirviendo en fiebre señor -iré por el termómetro y por una toallas-
-No te preocupes estaré bien, siempre que tengo esta pesadilla despierta así solo debo tranquilizarme y todo pasara- tomo su mano evitando que saliera
- ¿esté seguro señor? Por qué puedo ir ya o puedo hacerle algún té y así descansa bien- siento que su mano toma la mía e instantáneamente siento una corriente recorrer mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies
-tranquila estaré bien no te preocupes solamente fue una pesadilla- bebo un poco de agua y comienzo a respirar lentamente y sin dificultad alguna
-me quedaré por hoy aquí señor-
-no te preocupes estaré bien Elena- la interrumpo mientras suelto su mano y la observo
-no importa señor me quedaré y así veré que este bien y no hay objeciones- me acerco a un mueble que era como especie de eso muebles que masajean a la gente y me siento en el -duerma tranquilo señor aquí estaré-...
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¿ALGO SUCEDE EN MI CORAZÓN?
RomanceMarco Montenegro es un hombre poderoso, su imperio de empresas y exportaciones Montenegro lo han posicionado como uno de los hombres más ricos del país, aunque él sabe muy bien que el dinero no es felicidad, lo supo en el momento en que por un accid...