La fiesta acabó, estuvo bien todo hay que admitirlo. Duki estuvo desaparecido toda la noche, no supe nada de Delia, e hice buenas migas con el tal Ecko.
Como no, todo estaba hecho un auténtico desastre, y si Mauro pensaba que iba a limpiar todo eso yo sola lo tenia mas que claro.
Me levanté y fui a la cocina, esquivando vasos usados, charcos de vodka, cigarros por el suelo, todo una porqueria. Me hice un café bien cargado y cogí un trozo de pastel, mientras me sentaba a disfrutar de mi desayuno.
Mientras desayunaba oi como se abría la puerta de la habitación de Mauro. Y poco después bajó a la cocina. Realmente Mauro estaba hecho un desastre (aun mas que la casa). Su pelo estaba totalmente despeinado. Sus ojos ojos, tenia ojeras, muchas ojeras. Apestaba a alcohol y a porro. Tenia la ropa de ayer, o un intento al menos; ya que sólo tenía la camisa (desabrochada) e iba en bóxers.
—Buenos días princesa —Me dijo bostezando Mauro mientras me daba un beso en la mejilla.
—Buenos días—sonreí—Comprémonos otra casa, no quiero limpiar todo esto.
Mauro rió.
—Como usted diga señorita ¿le viene bien la mansión de enfrente? —vaciló
Negué.
—La verdad es que no, demasiado grande y además, creo que esta ocupada.
Después de que ambos acabásemos de desayunar, nos pusimos a recoger la casa. Yo empecé con el jardín y Mauro con parte del salón.
Mientras tanto, llamaron a la puerta.
—¡Voy yo! —grité prácticamente saltando hacia la puerta.
La abrí.
—Hombre, si me has abierto tu—Dijo el otro Mauro.
Realmente al tal Lit, no le tragaba, ni había escuchado su música, pero en si, el hombre me parecía demasiado egocentrico, y muy, muy pesado.
—hola —dije seca.
Acabamos justo de recoger todo, y Lit se sentó con Mauro en el sofá, de mientras yo aproveché para ducharme (esta vez me preocupé de ver si el calentador estaba encendido o apagado).
Después de mi ducha, me vestí con mi pijama y bajé de nuevo a la sala. Alguien había puesto música y me gustaba muchísimo.
«Nadie doma al domador» El ritmo de la canción era buenísimo.
—Hey, ¿quien puso esta canción? Esta muy buena.
—Es mía —Lit sonrió.
Oh mierda, la cagué.
