Cierra los ojos, relájate. Aquí estás a salvo de las barbaries de la gente. Yo te protegeré en mi seno, protegeré tu mente de las perversiones de los demás. Confía en mi, y veras el mundo con diferentes ojos. Mira al espejo, y en tu sombra me veras, velando por ti a cada momento. Déjate llevar por mi dulce voz, mis suaves manos, mi intrigante belleza ... Piérdete en mí, de igual forma que yo me pierdo en tí cada noche. Mírame a los ojos y miénteme. Dime que eres feliz allí donde estés, aunque en realidad solo serás feliz a mi lado. Miéntete. Siempre que tengas un mal momento, piensa en mi, yo soy tu consuelo ... Tu único consuelo. Confía en mí, como nunca has confiado en nadie más. Piérdete al deseo, ese deseo humano, la felicidad. Piensa en mí como en la felicidad personificada. Yo te cuidaré toda la eternidad si es menester. Yo te guiaré en tu viaje a tus sueños inalcanzables. Ríndete a la evidencia. Me quieres y lo sabes ... Y lo sé. Ríndete ante el verdadero placer de conocer lo que muchos antes han querido conocer y no se han atrevido. Se valiente y enfréntate a tu destino, tarde o temprano siempre llegaras a mi, y no tienes a donde huir. Yo te cuidare durante toda tu eternidad, solo a cambio de tu alma. Yo te cuidaré para siempre. Solo tienes que tirarte ... Te esperaré con anhelo al final del túnel, tú solo sigue la luz de mi mirada. Al fin serás libre para siempre. Al fin serás feliz, y yo junto a ti.