Capítulo 3

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Sombra

De camino a mi casa recordé que tenía que sacar a Kyra, que es mi mascota y fregar los platos. Algunas veces solo pienso en las cosas que tengo que hacer, si no lo voy a negar soy rara. Como siempre metí la llave en la cerradura y lo raro es que la puerta no abría. ¿Hoy no es mi día? Me preguntaba todo el rato, así que tuve que recurrir a mi plan B, iba a saltar por la ventana. Siempre tenía problemas para entrar o salir de la casa así que siempre recurro a eso.

Al entrar por la ventana fui a hacer un café, oh dios como necesitaba ese trago de cafeína. Lo hago y primer sorbo, el primer trago sentí como el líquido recorría todo mi gaznate y joder que bien se sentía. Me daba demasiada pereza hacer más quehaceres del hogar así que solo me fui a mi habitación, y siendo la rara que soy yo. ¿Como no me iba poner el volumen de mis cascos a todo volumen y a cantar como si no hubiera un mañana? Estaba tan bien en ese momento, yo y mi música favorita, bueno en realidad no tenía ni idea de cómo se llamaba la canción, era de una lista de Spotify pero me encantó.

¿En qué momento me he dormido? Pensé cuando me desperté en el suelo, tumbada con un libro en la cabeza. Era de noche y mi madre se fué de viaje con unas amigas suyas y como siempre no me avisó, hasta tres horas después de ella coger un avión y marcharse.

Me hice la cena y todo normal y caí en la cuenta de que no había ni estudiado ni hecho nada, así que me puse al día con todo. Al finalizar cogí mi móvil y empecé a ver todas las notificaciones, no gran cosa; mensajes de mis antiguos amigos que de seguro mañana se olvidaran de mí, algún me gusta en instagram y un mensaje de un número desconocido.

¿Que cojones? Pensé, abrí el mensaje y fue de lo más raro que me había encontrado jamás.

Hola Anya.

Soy Dani el chico al que has insultado esta tarde y casi quieres matar, bueno quería decirte que si querías venir a la fiesta de mañana en casa de los gemelos Raphnn conmigo. Sí ya sé que esto es muy raro y que después de lo de hoy no me quieres ver la cara, pero piensa que no me conoces bien y la verdad es que me gustaría que nos conociéramos. ¿Que dices, te apuntas?

Vendrán también Laura y Camila, puedes venir con ellas o irte a buscar yo. Como prefieras, bueno eh...

Buenas noches,

Dani.

Me quedé pensativa ya que sería la primera vez que iría a una fiesta y lo más importante, era la primera vez que un chico que me lo pedía. ¿Por qué siempre me tocan los locos o los agresivos? Bueno, van Laura y Camila no estaría mal salir con ellas. Les envié un mensaje preguntando si de verdad iban a ir y si, ellas iban a estar. No hacía falta preguntarle a mi madre ya que ni estaba en casa, además de que no me ha llamado ni para preguntar como estoy. Al final me dormí como siempre y la tenue luz de mi habitación poco a poco se iba apagando a la vez de que yo me iba durmiendo.

Abrí los ojos y estaba en un bosque con gente que no conocía, era una fiesta normal. Empecé a buscar a mis amigas pero no las encontraba. Caminaba entre la multitud y nada, pero todo empezó a ponerse raro cuando las personas de mi alrededor pararon de moverse. Dejaban paso a una especie de chico que caminaba con paso lento y decidido, no podía verle la cara. Pero de algo estaba segura, venía hacía mí.

Todos se apartaron y dejaron como un camino para que el chico llegara, joder si iba lento parecía una escena de película a cámara lenta. Cuando llegó a ponerse en frente de mí elevó su mentón más de lo normal como si mirase algo detrás de mí, me cogió del brazo tan rápido y tan fuerte que pensaba que en cualquier momento me lo llegaría a romper. Me puso detrás de su espalda y me quedé ahí mirando como el chico que se situaba delante de mí, miraba con una cara asesina a unas sombras que aparecieron detrás de una puerta. No me dió tiempo a hacer nada cuando sentí como desgarraban mi cuello lentamente, mi sangre brotaba de la herida como si de un chorro de agua se tratase. Antes de caer al suelo el chico misterioso antes mencionado, me agarró de la cabeza y de mi cintura antes que lograse caer al suelo.

No podía moverme, notaba como me estaba ahogando con mi propia sangre. En cuestión de segundos mi cuerpo yacía envuelto en los brazos del extraño muchacho, el cual intentó ayudarme pero era demasiado tarde. La oscuridad se apoderó de todo mi ser y solo sentí como me iba de ese lugar. De repente abrí los ojos, era un sueño. Menos mal, pensé.

Miré el reloj y no había pasado más de tres horas desde que me quedé profundamente dormida, algo estaba mal en mí. Podía notarlo.

Amaneció y yo seguía despierta, solo podía pensar en ese sueño tan extraño y notar como una mala presencia en mí. Un sonido proveniente de mi móvil me sacó de ese trance en el que estaba metida desde hacía horas, busqué el móvil que se encontraba en la cocina y miré la pantalla. Llamada entrante de Laura logré leer antes de descolgar. — ¿Hola? — dije aún con la voz ronca. — Hola Anya, te llamaba para saber a qué hora te pasamos a buscar. — ¿A las siete? — dije esperando una respuesta. — ¡Claro ahí estaremos! — dijo antes de colgar.

Estaba ansiosa, se le podía notar en la voz que tenía ganas de ir a esa fiesta. Miré la hora y era bastante pronto, así que decidí ir a correr. Me vestí con ropa de deporte y empecé a correr por todo el pueblo. Que bonita mañana, pensé. Estaba corriendo por las afueras del pueblo en un bosque donde no había nadie, que raro. Seguía corriendo hasta que noté que mis pulmones gritaban por un descanso. Me detuve y me senté en el suelo apoyada en el tronco de un árbol. Era grande y hermoso, podría estar horas mirando este árbol. Cuando ya noté que estaba mejor me levanté para seguir mi camino, pero el ruido de unos pasos detrás de mí hicieron que observar mi alrededor. No había nadie pero podía sentir como si alguien me estuviera mirando. — ¿Hola, hay alguien ahí? — dije mirando detenidamente todo mi alrededor. — ¿Qué haces aquí? — dijo Ryan saliendo detrás de un árbol. — Correr. ¿Y tú? — Caminar. — respondió lo más seco posible.

— ¿Cuando piensas decirme como te llamas en realidad? — dijo mientras se acercaba a mí. — Cuando tu me digas por qué quieres saberlo. — dije restándole. — Por curiosidad, tu ya sabes el mio. Ahora te toca a mí saber el tuyo. ¿No crees? — me miraba con una intensidad que no podía explicar. ¿Qué estaba pasando? Podía notar dentro de mí algo muy fuerte, nervios alomejor pero no. Algo raro me pasaba cuando él se acercaba a mí. — Anya, mi nombre es Anya. — respondí acercándome a él. — ¿Anya? — dijo nervioso y se acabó de acercar a mí.

Pasó su mano por mi mejilla y en el momento en el que mi piel recibió su toque, acabé de sentir algo que parecía ser como un estallido dentro de mí. ¿Qué está pasando? Ryan me seguía mirando como esperando a una respuesta por mi parte. — Sí ¿Qué pasa? — pregunté con curiosidad. — Te he estado esperando durante muchos años, y apareces de la nada. Sabía que eras tú, lo sabía pero no quiero. Aún no, márchate por favor. — ¿Qué? Eres tu el que se ha acercado a mí, y esto no es un lugar privado. — dije mirándole a los ojos. — Del bosque no, vete del pueblo. — dijo mientras se marchaba.

¿Que acaba de pasar? No esperé a que mi inconsciente me respondiera y salí del bosque y volví a entrar en mi casa, mientras entraba en la ducha y las gotas de agua se deslizaban por mi piel desnuda algo en mí deseaba volver a tener su mano en mi mejilla.

In extremis (En los últimos momentos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora