6

246 43 5
                                    

Después de aquel pequeño encuentro Tsukki sigue caminando, pensando en que probablemente tendrá que buscar otro trabajo pues Terushima no se detendría hasta regresarlo a sus padres. En el momento en que llegaron a la casa del rubio Kuroo lo detuvo.

-¿Seguro que te encuentras bien?

- Sí, no me creo que nos haya podido seguir el paso, dimos muchas vueltas para llegar acá –le responde Tsukki mientras empieza a buscar sus llaves.

- Bueno, de ser así te dejo y nos vemos mañana – dice el pelinegro mientras se despide con un leve gesto de cabeza y da media vuelta.

-Oye, espera –le dice Tsukki- ¿quieres cenar? –la pregunta hace que Kuroo ponga cara de confusión y Tsukki solo suspira- es lo menos que puedo hacer después de haberme ayudado, además ya es tarde, no sé que tan lejos vivas pero dudo que encuentres algo.

- Solo tienes que decir que no quieres estar solo y con gusto te hago compañía hasta que duermas –le responde Kuroo con una sonrisa ladina en su rostro.

- Entiendo, que te vaya bien y por favor que no encuentres nada de cenar –le responde el rubio mientras abre y comienza a cerrar la puerta.

-¡Hey, es una broma! –le grita Kuroo del otro lado de la puerta- la verdad es que tengo mucha hambre y te aceptó la cena.

Pasaron unos cuantos segundos y el seguro de la puerta se escucho, dejando a la vista al rubio que le hizo señas para que entrara y si el alfa ya estaba sorprendido por la magnitud de la vivienda del omega, al entrar su asombro aumentó.

- Es muy bonita tu casa.

- Gracias, la verdad muchas de estas cosas fueron regaladas, no he sufrido mucho que digamos –responde Tsukki mientras enciende la calefacción del lugar y se quita su abrigo para colgarlo en el perchero.

- Tengo curiosidad, la parte del fondo está cubierta por todas esas mamparas ¿Qué escondes ahí?

-No escondo nada, simplemente es la parte donde tengo algunas pinturas que estoy haciendo y no, no puedes verlas, no están terminadas aún y solo lo podrás hacer cuando la exhibición sea para todo el público.

- Bien, ya entendí, no te enojes joven maestro –le dice Kuroo de forma burlona, ganándose una mirada resentida por parte del rubio- pero a cambio de no verlo necesito que me contestes una pregunta –menciona el pelinegro mientras observa como el rubio comienza a sacar pequeños trozos de carne y verduras, por lo que decide ayudarlo a realizar la cena.

- Ok, ¿cuál es tu pregunta?

- ¿Quién era el imbécil que te molestaba? –pregunta el pelinegro- ya sé que es tu prometido, pero quiero saber la historia.

- Bien –responde Tsukki con un suspiro cargado de resignación- pero primero ayúdame a terminar de cocinar, tengo mucha hambre y me voy a poner de mal humor sino termino pronto.

Kuroo solo rió y se dispuso a lavar y cortar verduras mientras Tsukki ponía música y comenzaba a preparar un poco de arroz; la preparación de la cena fue amena, Kuroo le preguntaba cosas sobre su carrera y viceversa; ambos aprendieron mucho uno del otro y se dieron cuenta que a pesar de no tener los mismos gustos en muchas cosas, ambos congeniaban con su sentido del humor, eran sarcásticos, de cierta forma hirientes y directos.

Mientras cenaban, la plática seguía, Kuroo tenía que admitir que el omega de verdad se apasionaba cuando algo le gustaba y al ver la sonrisa que mostraba junto al particular brillo de sus ojos, él simplemente se sentía confortado, escucho la historia de Terushima, de sus padres y su hermano, lo que hizo que lo viera como una persona demasiado fuerte, tan fuerte que probablemente por dentro necesitaba de alguien que lo apoyara y cuidara, el alfa que fuera su compañero seria afortunado de tenerlo y, para confusión de Kuroo, ese pensamiento no le agrado para nada.

Soy tuyo a pesar de todo. (omegaverse)Where stories live. Discover now