El angel de mis ojos - Yaoi +18

I

Tome mi botella de agua y salí de la casa en dirección al parque para mi rutina matutina de entrenamiento antes de dirigirme a mi trabajo, y como entro a las ocho de la mañana tengo que entrenar desde las cuatro de la mañana.

Desde hace varias horas ha estado lloviendo, todo está lleno de charcos, tendré que bajar mi velocidad para evitar caer. Además me enfermare si corro demasiado.

Apenas habia dado una vuelta caminando para calentar cuando me distraje escuchando unos perritos bebes llorando entre la hierba húmeda, se podrían morir de hipotermia si seguían ahí, pobres pequeños, no pude evitar no ayudarlos. Saqué mi celular y encendí la linterna para buscar a aquellos pequeños perritos que por su llanto parecían de menos de un mes. Me adentré a la hierba buscándolos, encontré tres pequeños perritos bebes mojados envueltos en una chaqueta, mojada. Me asuste demasiado cuando vi a un chico abrazando aquella chaqueta, estaba temblando, tenía la piel súper pálida, tenía los labios y en contorno de los ojos de color morado apenas respiraba, tenía muchos moretones y no vestía nada más que una playera negra de tirantes y un boxer azul. Me arrodillé frente a él y revise su pulso en su cuello, era muy débil.

Abrió lentamente sus ojos, unos muy bellos ojos, el color celeste claro, casi blanco. Aunque parecía no verme. Tome mi celular y llame a mi hermano, eran las 4 am así que seguía dormido, lo tuve que llamar hasta que despertara y cuando lo logre le dije inmediatamente que viniera para acá con un par de toallas.

En lo que llegaba mi hermano aleje sus delgados y pálidos brazos de la chaqueta donde estaban los cachorros, los agarre y los puse bajo un árbol para que no les diera la lluvia. Volví a la hierba junto a él chico e hice lo mismo con el pequeño, puse mi mano bajo su cuello y la otra bajo sus rodillas para levantarlo, estaba muy tieso y muy helado, casi parecia tener hipotermia. Me senté y lo recosté sobre mis piernas medio acostado. Él trataba de alejarse de mí pero no lo deje.

-- Tranquilo, no te hare daño. -- dije con una cálida voz.

Me quite la chaqueta que traía puesta, dejando a la vista mis brazos, la puse sobre el pequeño chico que tenía en mis piernas, necesitaba darle algo de calor en lo que llegaba mi hermano. Pero tenía que tener cuidado con él, estaba muy débil, además el miedo que tenia se reflejaba en sus pequeños ojitos.

Mi hermano llego y me miro preocupado, le indique que me pasara una de las toallas y así lo hizo, sostuve al chico con un brazo y con el otro apunte a los pequeños cachorros bebes llorones, mi hermano se dirigio a atenderlos.

-- llévatelos a casa y asegúrate de darles calor y mantenerlos calientes, y después regresas aquí con una cobija, la más grande que te encuentres. -mi hermano, Jimin, agarro a los pequeños cachorros con cuidado y los envolvió en la toalla para después llevárselos.

Le quite mi chaqueta y puse la toalla en su lugar para secarlo y que no bajara más su temperatura, de seguro ya estaba demasiado baja, la envolví alrededor de él haciéndolo como un burrito hasta la mitad de sus muslos que es hasta donde le tapaba. - Tranquilo, estarás bien. -trataba de calmarlo y que dejara de temblar y de estar tenso, aunque ambas pueden ser por la posible hipotermia que parecia tener este chico.

Frotaba sus brazos por sobre la toalla para darle algo más de calor en lo que llegaba Jimin. - p-por fav-vor....déjame....i-ir.... -dijo entre sozollos.

-- no, no, no, no, tranquilo, quiero ayudarte, de verdad, no puedo dejarte así cuando se que se puede hacer algo por ti. - llego mi hermano corriendo con una cobija celeste y un paraguas. Rápidamente lo envolví por completo y lo cargue como un pequeño bebe. Jimin y yo comenzamos a caminar a nuestra casa - no te preocupes, ahora iremos a mi casa, podre curarte, podrás comer y darte un baño, y después podemos llevarte a tu casa. -