Epílogo

4K 232 124
                                    

Después de lo que había parecido una eternidad, al fin había llegado el día, Cuauhtémoc López regresaría a Oaxaca, y Aristóteles nunca se había sentido tan nervioso. Dado que esta era su única oportunidad de reconquistar al otro chico, y a pesar de que llevara más de una semana planeando esto con su familia, no podía evitar sentirse inseguro al respecto, ¿y si algo salía mal o no era suficiente para Temo?

Todo esto era nuevo para el joven Córcega, pues nunca había sentido ni atracción romántica ni sexual por otra persona, e incluso había tratado de negar sus sentimientos por Temo por un largo tiempo. Pero ahora, todos las emociones negadas por más de ocho meses le habían venido a cobrar la cuenta en forma de nervios incontrolables, y ataques de pánico. Así mismo, todos su recuerdos con Temo, ahora eran diferentes, veía sus interacciones de manera diferente, tantas cosas pudieron haber sido diferentes si Aristóteles hubiera aceptado lo que sentía meses atrás.

Sin embargo, lo importante en este momento, es que amaba a Cuauhtémoc López, y estaba dispuesto a hacer lo necesario para enmendar las cosas, estaba dispuesto a entregarle su corazón en bandeja de oro si era necesario. Por otra parte, Aristóteles había tenido prácticamente todas sus primeras veces, hasta el momento, con Temo; después de todo, Temo fue su primer beso, su primer amor, e incluso, su primer sueño húmedo, aunque eso jamás se lo contaría al otro chico, sería muy vergonzoso. En consecuencia, Aristóteles pelearía por el amor de Temo, ya que lo que sentía por él era lo mejor que le había pasado, a pesar de lo aterrador que le resultaba que haría lo que fuera por ver al otro feliz.

— Ari, hijo, tranquilízate, todo va a estar bien.

— Pero yo estoy tranquilo, ma — le responde a Polita, mientras ella se le acerca con una sonrisa y lo abraza.

— Hijo, llevas dándole vueltas a la sala desde la mañana, te aseguro que todo va a salir con Temo, sé que está tan perdidamente enamorado de ti, como tú estás de él.

— ¿Cómo puedes estar tan segura?

— Porque Temo te veía, como yo solía ver a tu padre, estaba molesto porque lo lastimaste, pero te ama tanto que estoy segura, que será capaz de perdonarte, solo necesitaba tiempo para pensar las cosas.

— Espero tengas razón, mamá, porque nunca me había sentido así por una persona, y no quiero perderlo por mis miedos. Lo extraño mucho.

— Lo sé, hijo, y tú familia estará para ti sin importar qué pase. Todos están poniendo su máximo esfuerzo para que el plan salga de maravilla.

— Todos menos, mi papá — Polita podía ver la tristeza en el rostro de Ari, aunque quisiera disimularlo, era evidente que le dolía que Audifaz no lo aceptara tal y como era. No es que Audifaz lo odiará, es solo que es un hombre complicado, pero seguía amando a su hijo, aunque Polita esperaba que se diera cuenta de lo mucho que lastima a su hijo con su silencio —, hasta mi abuelita acepto ayudarme por esta única ocasión, porque sabía lo importante que era para mi. —

— Ari, tú papá es un hombre complicado, y aunque sus acciones no tengan justificación, sé que te ama.

— Yo no estoy tan seguro, mamá, pero me da gusto saber que puedo contar contigo, te amo.

— Y yo a ti, hijo, yo siempre lo haré, el día en que tú naciste, y te vi sonreír por primera vez, fue el día más feliz de mi vida, y no porque seas capaz de amar te amaré menos. Estoy muy orgullosa de ti, nunca lo olvides, ¿recuerdas la frase que solía decirte cuando eras pequeño?

— Gracias, no sé qué haría sin ti — Aristóteles la abrazó, y lágrimas se escurrieron de los ojos de Polita, amaba mucho a su hijo, y le dolía verlo triste, esperaba que todo saliera bien con Temo, quería ver a su hijo volver a sonreír como lo hacía antes —, y si, esa es mi frase favorita. El corazón nunca, nunca se equivoca. —

Only You | AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora