Confesión

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Había pasado una semana desde el día que Temo le confesó a Pancho que era gay, y que estaba enamorado de Aristóteles Córcega. Y Temo debía admitir que esta había sido la semana más extraña y divertida que había tenido en su vida, pues su Papancho le estaba dando muchos consejos, mientras planeaban cómo se le declararía al otro chico.

En esa semana, a las Calcomanías se les habían ocurrido muchos planes, algunos muy buenos y otros un poco disparatados, pero todos incluían dibujos hechos por Julio, ¿era raro que la mayoría de ellos incluían a Temo y Aristóteles besándose?, realmente eso no le importaba a Temo, de hecho le agradaba lo mucho que sus hermanitos lo apoyaban. Su familia lo amaba, sin duda eran una familia con suerte.

— Entonces, ¿qué dices, Temo?, compro boletos de avión para París. ¡No hay nada más romántico que una confesión en la Ciudad del Amor! — dice Lupita con una sonrisa, mientras Julio le muestra un dibujo de los dos chicos besándose frente a la Torre Eiffel, esta era probablemente una de sus ideas más locas, sin embargo, mentiría si dijera que no le gustaría llevar a Aristóteles a París un día, quizá cuando cumplan un año de noviazgo.

— ¿No creen que le están poniendo mucha crema a los tacos? — dijo Pancho, y luego soltó una carcajada, probablemente Temo hubiera dicho lo mismo, aunque con otras palabras.

— Pero Papancho, no hay nada más romántico, podríamos invitar a Aristóteles a una "vacación familiar", y ya en París los dejamos solos para que Temo le confiese y se besen. — dijo Lupita con emoción, y Julio volvió a mostrar el dibujo, pero ahora había agregado al resto de los López espiándolos desde un balcón. — ¿Qué dices, Temo?

— Uhmm... Creo que me gustaría que fuera algo más sencillo, ¿recuerdan el plan de la Azotea? — le responde Temo, mientras juega con el cabello de su hermana —. Creo que la confesión debe ser ahí, los momentos en los que más cercano me he sentido a él, han ocurrido ahí. —

— Pero eso es muy simple hijo, y los López no somos simples.

— ¿Y si hacen un picnic bajo las estrellas? — gritó Lupita, mientras Julio se encontraba ocupado haciendo otro dibujo, y Papancho pegaba en la pared el dibujo de Aris y Temo en París. Pancho había decido que haría un collage con todos los dibujos de su hijo, este era un buen recuerdo, y estaba seguro que Rebeca hubiese amado poder estar con ellos en estos momentos, apoyando a Temo en su primer amor.

— Si, si, y le puedo regalar una alcancía, fue el primer regalo que me dio.

— ¿Y si le escribes una carta y la guardas en la alcancía? — dice Julio, mientras muestra su último dibujos, dos chicos sentados bajo las estrellas, mientras descubren los secretos del universo en sus ojos.

— ¡Me encanta esa idea, Julio!

— Pero no soy bueno escribiendo...

— Solo escribe con el corazón, ¿qué quieres que preparemos para el picnic?

— Estaba pensando que podemos preparar unas baguettes con carnes frías. Y hornear un pastel de chocolate, ya que nos conocimos por el que preparó Doña Blanca. Oh, y podemos tomar Cidra de Manzana.

— Que fresa y cursi me saliste, hijo, yo te iba a decir que unas tortas de jamón con queso, con unos refrescos de toronja.

— Ay, Papancho, pero si ayer me dijiste que la clave del romance era el ambiente, y creo que ese es el ambiente ideal para una cena bajo las estrellas.

— Pues si, pero antes de que vaya al supermercado por la comida, y pase con Doña Cecilia por una alcancía, ya ves que a ella le quedan muy bonitas, hay una última lección que quiero darte.

Only You | AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora