Junto con Patapez ambos sacaron a Astrid del campo antes de que los Dragones volvieran para ella. La alejaron lo más que pudieron antes de volver al campo de batalla y sacar a todos los caídos y ponerlos en un lugar seguro.
Pero ni uno de los dos noto la figura que se escondía de ellos a un par de metros de ellos tras los árboles. La sombra o figura, hombre o bestia observaba intensamente a los jóvenes que se acercaban con un cuerpo a cuestas, observó cómo estos escondían el cuerpo tras unos arbustos y se iban rápidamente, una vez que los dos jóvenes se hubieran ido salió de su escondite y avanzó lentamente hacia los arbustos donde vio el cuerpo tirado. Se acercó lo suficiente para ver qué es igual a los otros dos y muy joven ante sus ojos pero no lo suficiente como para correr el riesgo de ser atacado por si esto era una trampa.
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La poca luz de la cueva no lo dejaba ver el camino que había recorrido antes con Thomas, aunque nunca lo hubiera admitido ante nadie, se había perdido recorriendo los túneles en busca de Simón.
Una vuelta a la izquierda otro a la derecha y no tenía idea en donde estaba, tenía la opción de gritar el nombre de Simón pero sería muy escandaloso hacerlo.
Al final se detuvo en una entrada que le llamo la atención, había un total de tres dragones cuidando la entrada, al verme de inmediato se pusieron a la defensiva pero a pesar de eso no me atacaron. Me acerqué a los tres con la cabeza gacha y la mano arriba, sin mucha prisa fui avanzando, con cada paso que daba sus gruñidos aumentaban.
-Tranquilos no los quiero lastimar
Di otro pasó más y está vez me mostraron sus afiliados dientes, dos de ellos avanzaron hacia mí y el tercero se quedó atrás aún gruñendo con ambas alas desplegadas. Con el tamaño de sus alas logro cubrir la entrada y ya no podía verlo, los otros dos siguieron avanzando hasta estar lo suficiente cerca como para empezar a atacar me.
Pero en vez de eso empezaron a dar vueltas a mí alrededor no sin dejar de mostrarme sus afiliados dientes y dejar de gruñir amenazadoramente. Parecía que ante cualquier momento se abalanzarian sobre mí.
En ese momento empecé a dudar de mí capacidad para entrenar dragones, no hice ningún movimiento para no asustarlos y darles una razón para atacarme.
-No soy malo, no soy vikingo... soy un jinete de Dragón
Las últimas palabras parecieron ser reconocidas para ellos, dejaron de gruñir me y de enseñarme sus dientes para avanzar hasta mí, empezaron a olfatear mí ropa, mí vientre lo que me pareció raro y mí cara.
Ambos dragones se miraron para luego volver con el tercero, se empezaron a comunicar entre gruñidos hasta que el tercero se relajó y se alejó de la entrada para acercarse a mí, me sujeto la parte de atrás de la ropa con su enorme boca y llevó con los otros dos. Avanzó hasta la entrada donde me dejó, lo mire y el avanzó hasta entrar, yo me quedé atrás sin saber que hacer.
Pero un pequeño empujón en mí espalda me hizo voltear para ver a los otros dos dragones que me hacían señas para que avanzará.
Hice lo que me indicaron, pasamos por un túnel bastante grande, de seguro no importaba que tamaño tuviera cualquier dragón lograría pasar, cuanto más avanzamos podía escuchar unos ruidos que nunca antes había escuchado.
Ahora sí que me sentía curioso.
¿Que sería ese ruido? ¿Que lo provoca?
El dragón que se encuentra liderando el camino se detuvo de golpe y se hizo aún lado para tirarse al suelo, los otros dos también hicieron lo mismo, los mire confundido pero ni caso me hicieron así que decidí seguir adelante. Los dragones no hicieron nada por detenerme.
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Nuestra Historia
FanfictionDespués de la batalla contra la muerte Roja Hipo despierta y pasa tiempo. Ahora los dragones son bienvenidos en la aldea y la paz se mantiene pero no dura mucho cuando Hipo se entera que su propio padre lo esta utilizando para que entrene a los drag...