Yo... Te amo

II

El silencio que reinaba en la sala era prácticamente absoluto. Lo único que era medianamente audible eran las respiraciones de los presentes, antes de lo ocurrido reinaban los ruidos de gente sorbiendo soba y tomando el té, pero luego de que Enji le soltará a sus tres hijos menores que se encontraba en una relación con el héroe número dos todo el movimiento de la cena se había suspendido.

Natsuo estaba desatragantándose de los fideos en una esquina lo más callado que podía, Shoto mantenía su postura impávido sin atreverse a meter el soba en su boca o a despegar su mirada de Enji, por alguna razón esperaba pacientemente a que su padre se echara a reír. Fuyumi era quién tenía la expresión de asombro menos camuflada mientras el vaso con té se sostenía profesionalmente en sus manos... Y aun así al primer movimiento de Enji de seguir hablando se le resbalo.

– ¡Lo siento! – Declaró enseguida mientras salía corriendo a la cocina en medio de tropiezos – ¡Lo limpiare en seguida, perdón!

El té derramado en la mesa saco a los otros dos de su ensimismamiento. Natsuo tomo un poco de su vaso y se carraspeo la garganta superando exitosamente su atragantamiento psicológico al tiempo que Shoto volvía a sorber su soba con naturalidad.

– Así que tú y el hombre pájaro... Tienen algo... ¿No? ¿Fue lo que quisiste decir, viejo?

Enji miro a Natsuo con una mezcla de alivio y malhumor, no esperaba que la primera asimilación fuera a venir de su parte, pero tampoco podía terminar de aceptar su manera de dirigirse a personas mayores que él. – Fue lo que dije.

Shoto termino de pasar lo que comía antes de dar su punto de vista – Suena a broma de mal gusto.

– ¿Tengo cara de ser bromista?

El menor de los Todoroki medito esa respuesta antes de soltar una contestación – La verdad es que tampoco tenías cara de ser un pederasta, pero ya vez – Y siguió sorbiendo su soba siendo salvado del regaño de su padre por su hermana, quién regresaba con un trapo para fregar la parte mojada de la mesa.

– Demonios, cayó al suelo – Murmuro ella para sí misma mientras los hombres presentes la observaban haciéndola seguir incomoda – Y-ya traigo un trapero.

Enji suspiro sintiéndose blando con su única hija, siempre había sido una mujer muy nerviosa – Déjalo así, solo es té, no derretirá la casa.

Ella asintió antes de volver a sentarse, aun con el trapo húmedo de té derramado en la mano – Uh... Yo... No sé qué decir... ¿Felicitaciones? Hacen una pareja bonita, espero les esté yendo bien – Y sonrió sin saber que más agregar a su comentario.

El mayor de los Todoroki dejo su cena casi intacta en la mesa luego de asentir a las palabras de Fuyumi, se retiró a su oficina casi de inmediato dejando a sus retoños en completa privacidad.

Shoto fue el primero en hablar – ¿Puedo comerme su soba?

Fuyumi lo miro en un intento de regaño antes de ceder – Esta bien, comételo... Pero trata de parecer menos interesado ¿Si? Nunca conseguirás una novia si te vez como un total materialista.

– No me interesa en lo absoluto.

– Espera que te atraiga la primera y ya verás cómo te sobrara el interés – Recalco Natsuo con expresión de experimentado.

– Una novia no aportaría nada a mi vida.

La cara de hombre sabio en relaciones amorosas se le fue a Natsuo apenas escuchar eso – ¿Disculpa? Una mujer a tu lado te da estabilidad, amor, razones para esforzarte y todo tipo de cosas buenas.

– Un Sugar Daddy me daría dinero.

Fuyumi hubiera podido volver a derramar té... Si solo se hubiera servido nuevamente. Natsuo por otro lado tuvo un infarto psicológico del que recuperarse – ¿¡Que huevada es esa muchachito!? ¡Estudie para conseguir un buen trabajo y no tener que mendigarle a nadie! ¿Qué piensan los jovencitos de hoy en día? La prostitución no es buena, la maricada tampoco.

– Nuestro padre es gay... Teóricamente – Dijo Shoto como respuesta al ataque de su hermano – Y solo tienes diecinueve, deja de comportarte como un anciano prejuicioso.

Natsuo miro feo a Shoto mientras sorbía su té con furia, no aprobaba a su padre ni al comportamiento libertino que Shoto había tomado en UA, pero poco podía hacer para corregir alguna de las dos cosas – Solo no sé qué puede tener un hombre que una mujer no.

– A veces no se trata de eso Natsuo, después de todo lo que te termina ligando a una persona es su personalidad en si... No lo que tengas entre las piernas.

Las palabras de Fuyumi no ayudaron en realidad, pero bueno, no había más que pudiera decirle a Natsuo para hacerlo cambiar de opinión... Sin embargo él si tenía más cosas que decir – Ignorare tus delirios de delincuente Shoto, porque soy un buen hermano y porque tengo otras cosas importantes que decir... Como que ese viejo pervertido perdió todo sentido de dignidad.

– ¿Ahora te molesta que tenga un novio?

– ¿Uno que tenga casi tu edad? Sin quitar el hecho de que sigue siendo un hombre legalmente casado... Sí, me molesta.

Nadie dijo nada más luego de aquello.

– ¿Entonces cuando vas a presentarme a tu ahijada?

– Por todos los cielos Mirko ¡No es mi ahijada! Y se dice "hijastra" maldita analfabeta.

La heroína conejo empujo a Hawks con su pie antes de chasquear la lengua – Me gusta más el término "Ahijada", así que no me llames por lo que no soy ¡Fuimos a la misma escuela! Estar más de un mes si tu Sugar Daddy te está haciendo daño ¿Eh?

Hawks tuvo más ganas que nunca de asfixiar a esa chica con sus alas, pero no mancharías sus armas más letales con su ex-compañera de escuela.

– Alguien me envió un mensaje de texto anoche diciendo que estoy cordialmente invitado a comer una deliciosa cena casera en la casona de los Todoroki el próximo fin de semana ¿Puedes creerlo? Me hace sentir tan honrado que no sé cómo lidiar con los nervios.

Mirko se quedó observándolo con sorpresa pura antes de levantar sus cejas y abrir su boca simultáneamente en una perfecta O – ¿¡ENDEAVOR TE INVITO A COMER EN SU CASA!?

– No. Tu amor platónico lo hizo ¿Cómo consiguió mi número? Ni idea, pero creo que está tratando de integrarme en su familia formalmente... ¿Qué afortunado, no?

Mirko siguió observando detenidamente a Hawks mientras lo acorralaba contra una pared aterradoramente – ¿Me prestas tu celular?

– ¿Para qué demonios quieres mi... ¡No conseguirás el número de Fuyumi por mi parte!

Mirko se tomó aquello como un reto.