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Era lunes otra vez y como siempre se encontraba pegado a su escritorio peleando con la nueva pintura que el museo había puesto a su cargo, amaba lo que hacía pero le llevaba su tiempo y sudor, se separó un poco de la mesa de trabajo para contemplar como estaba quedando, aún no estaba lista aunque estaba encaminada.

Barrió su escritorio con la vista en busca de la taza que su hermana le había comprado para su cumpleaños número veintidós, la tomó entre sus manos solo para comprobar que efectivamente estaba vacía, corrió un poco más la silla para poder pararse completamente y se dirigió a rellenarla por tercera vez en el día, el café era el combustible que lo impulsaba a seguir con su trabajo, sin su humeante ración de aquel oscuro líquido no podía coordinar, entró a la pequeña sala donde se encontraba la cafetera, sólo para encontrarse con que la jarra que él mismo había hecho esta mañana estaba ahora vacía ¿No podían simplemente poner el aparato a andar? No era mucha ciencia, dos cucharadas colmadas de café y un litro de agua, en verdad le molestaba

-Maldita sea

Comenzó a revolver entre los armarios en busca del paquete de café y se dispuso a preparar una jarra, pasaba de mirarse la manos a mirar sus botas, un tanto ya gastadas tal vez, y de allí a las gotas de aquel líquido, también miraba el reloj exasperado por la pérdida de tiempo que esto representaba, había muy pocas cosas que en verdad le molestaban, y precisamente las dos peores estaban pasándole en este exacto momento

-Si sólo pudieran llenar la jarra

Se quejaba entre dientes mientras golpeteaba la mesada con la punta de sus dedos, esa mañana se había levantado con un humor de los mil demonios y esto sólo lo empeoraba, si él podía llenar la jarra ¿Por qué los otros no podían?

-Es muy temprano para estar quejándose Styles

Apartó la vista de sus zapatos para chocar con los ojos de Travis, ambos habían conseguido empleo en el museo al mismo tiempo por ende eran los "nuevos", pensaba que un trabajo era distinto a la secundaria bien estaba completamente equivocado, lo único que lo diferenciaba, aparte del sueldo a fin de cada mes, es que ya no estaba rodeado de adolescentes, eran, por así decirlo, la carne fresca así que decidieron simplemente pasar el rato juntos, y desde entonces se habían convertido en grandes amigos, se podría decir que Travis era una de las pocas personas en las que verdaderamente confiaba y que lo conocía completamente.

Éste lo miraba atentamente desde su lugar en la puerta, con una sonrisa en los labios, mientras jugaba con el borde del blazer azul que se veía obligado a usar

-¿No tendrías que estar tratando de seducir maestras, digo, haciendo las visitas guiadas?

Dijo aquello con burla, su amigo era el guía del lugar y tenía la mala costumbre de coquetear con todas las mujeres que entraban allí,le parecía increíble que aún conservara su empleo y más aún que algunas cayeran a sus pies, obnubiladas por su encanto y por un par de ojos miel que parecían siempre leer más allá dentro de las personas, y terminaran por darle sus números, lo que no significaba más que un buen fin de semana para su amigo, y otras simplemente lo ignoraban, casos que tuvo el gusto de ver por sí mismo.

-Hice una pausa para ver como enloquecías por la jarra vacía

Cruzó un pie detrás del otro y se recostó contra el marco de la puerta, con una sonrisa victoriosa estampada en el rostro, no le extrañaba en lo más mínimo que le hubiera hecho aquello, el pasatiempo favorito de Travis era sacarlo de sus casillas, lo cual le resultaba sencillo conociéndolo como lo hacía, algunas veces lo odiaba.

-Es mi manera de decir buenos días

Metió la mano dentro de uno de los bolsillos de su jean y con la otra tiró su cabello hacia atrás, se estaba armando de toda la paciencia posible para no sacar su lado grosero con él

OctoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora