Rubor Con Sabor a Cereza

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—Hey, ¿Cómo vas?— Niall bajo su cámara dejando a su vista al castaño

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—Hey, ¿Cómo vas?— Niall bajo su cámara dejando a su vista al castaño.

Sonreía como desde el día en que le conoció.

—Voy a explotar— dejó colgar la cámara en su cuello y frotó su cabello en forma desesperante. —y tú, ¿Cómo está Keith?

—Él está bien— sonrió. —¡Animo Ni! Pronto tendrás esa fotografía— Liam toco su hombro con sus dedos, dándole confianza en sí mismo. —¿Has comido?— Niall niega. —Te ves cansado.

—Lo estoy, no eh dormido lo suficiente y comer no esta ajustado en mi horario— comenta con fastidio, intentado no jadear por la suavidad que desprende el toque del castaño en su piel.

—¡Te invito a comer a mi casa!— la mano del hombre pequeño desciende hasta la suya, donde envuelve los dedos y la sonrisa bonita le pierde la mente.

—¡No!— grita, Liam frunce el ceño. —Quiero decir, que si, no, bueno yo...— sin retenerce, se golpea la frente con la palma de su mano,  la cual no esta sujetada con Liam. —Seria la sexta vez que me invitas y la verdad me siento mal, no tengo con que agradecer.

Liam suelta una risilla, divertido por la actitud extraña del hombre.

—Todo el día estas fuera, tu estómago pide a gritos que lo alimentes— tan amable como siempre, tal vez es lo que lo tiene enloquecido. —Acaso es una excusa para no venir, creí que te agradaba mi buena habilidad para la cocina.

—No es eso, sabes que amo todo lo que preparas. Realmente me siento apenado— Niall dice apenas audible, mientras frota sus dedos en la nuca. —Eres un buen cocinero, ¡Eso lo juró!.

Ambos ríen por el escándalo que forma, al final el hombre de ojos azules asiente ante la invitación.

Un lindo cocinero se escuchaba mejor.

—Keith esta por salir de clases y tengo que pasar al súpermercado ¿Quieres acompañarnos?— Niall sonríe y acepta gustoso.

Salen del local donde Liam trabaja medio día, caminan por la acera disfrutando del fresco clima. Había sido tanta coincidencia volverse a encontrar, desde aquel día en el parque donde se conocieron por primera vez, no volvieron a verse hasta al día siguiente donde toparon en el vestíbulo del edificio residencial.

Niall mira de reojo al castaño, de perfil es más hermoso. Sus rasgos son suaves y daba ese toque de adolescente, sexy con ese cuerpo. Debía apostar que el embarazo le había sentado bien, Liam denotaba ser una persona de físico delgado, pero ahora tenía las caderas más notables y la perfecta curva de su espalda baja que le favorecía al comienzo del trasero.

Bueno, ahora tenía una erección en sus pantalones, Liam no tenía que hacer nada para que tuviera ganas de estamparlo en alguna superficie y besarle rudo.

. . .

Después de comer una deliciosa pasta con pechuga de pollo hecho por Liam, el pequeño niño corrió con su mejor amigo, quien vive en el departamento de enfrente. Así dejando a la pareja en sala, con la barriga llena y satisfecha.

Liam subió sus piernas y las cruzó, miro al hombre rubio sonriente.

—¿Desde cuando te dedicas a la fotografía?— preguntó.

Niall tragó saliva y se acomodó en el sillón, sintiéndose nervioso, tener la atención del castaño le aturdía. Lo único que rondaba por su mente era besar los labios de Liam, morder esa sonrisa tan encantadora y rodear la cintura mientras...

¡Concéntrate Horan!

—Ah, yo, desde los dieciséis— subió una rodilla al sillón, tratando de acomodar su erección y no estuviera a la vista de Liam. —Me gustaba tomar foto a cualquier cosa interesante con mi móvil— alzó sus hombros, viendo el brillo de interés en los de Liam. — Y me di cuenta que es mi habilidad.

—Eso es genial, Ni— el castaño se desplaza más cerca del hombre, chocando sus rodillas. —A mi me hubiera gustado hacer una carrera de gastronomía, pero Keith y otros asuntos no pude seguir mi sueño.

—Aun eres joven, digo con veintidós años no hay problema en regresar a la universidad— Liam muerde su labio, el cumplido le hace sonrojar un poco.

Niall tensa la mandíbula, la cremallera de su pantalón se romperá si el chico le sigue sonriendo así y el contacto de sus rodillas no ayuda.

—Si, aun lo pienso, pero Keith es más importante.

Niall arrastró las manos en sus pantalones y se puso de pie.

—Tengo que irme, gracias por invitarme, realmente estuvo delicioso— Liam hizo ademán de levantarse y él tan rápido le ofreció la mano, una risilla tuvo por parte del castaño.

—Esperó te cuides Niall, vas a enfermarte— apretó la mano del hombre, sonrojándose un poco por el gesto tan... Elegante.

Niall salió y giro para mirar como Liam se recargaba en la puerta.

—Me voy— asintió sin saber que decir.

Liam se inclinó de puntillas para dejar un beso en la comisura del rubio, el roce de sus manos en el pecho de Niall hicieron bombear más rápido su corazón.

—Hasta mañana, Niall— Liam se despide con sus mejillas rojas.

Él camina hacia el ascensor sin apartar los dedos de su comisura, aun puede sentir la presión de los labios de Liam. Sin darse cuenta se muerde el labio, preguntándose si los labios del castaño son tan esponjosos como prometen ser a simple vista, tan coloridos como una cereza.

El sonido del elevador le saco de su mente, golpeo su frente al reacciónar con tales pensamientos. Quizá la atracción le estaba afectando ¿Y a quién no? Joven de sonrisa encantadora y piel perfecta, era la causa de pensamientos extraños.

La curiosidad mató al gato y Niall iba a morir si no probaba de esos labios y supiera que sabor tenía.

Mi segundo shipp favorito es Niam ❤️

Jaz

Él es LiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora