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—¡Te quiero!— fueron las tiernas palabras de Liam cuando se despidió de Keith, quien corrió a las puertas del instituto.
Soltó un suspiro al no ver su niño, lo extrañaba a pesar de tenerlo todo el tiempo.
Sonriendo tan natural llego al local donde trabajaba, acomodó su uniforme por última vez asegurándose que estuviera impecable y a sus fosas nasales llego el tan familiar aroma de chocolate con café. Sus compañeros giraron hacia él cuando la campanilla sonó, los saludo con la mano mientras caminaba hacia el mostrador.
—¡Buenos días, Liam!— Danny, una chica adolescente de bonito cabello negro saludo al hombrecillo.
—Hola— Liam subió los codos para inclinarse y dejar un beso en la mejilla de la chica. —¿Como van?.
—Desde que Johny entra por esa puerta el infierno se hace presencia— suelta una risilla cuando Danny rueda los ojos. Ella sale detrás del mostrador llegando a su lado. —¡Vamos aquí se trabaja!— grita para una mensa donde dos meseros tomaron asiento.
Liam niega la cabeza, su amiga simpática tenía su carácter, le gustaba el orden y no dejaba que nadie tomara un descanso de segundos a menos que haya terminado el turno del medio día.
Danny golpea el trasero de Liam con fuerza, recibiendo un pequeño grito de Liam. —¿Piensas que darte todo el día ahí?
Liam da un leve empujón a su compañera.
—¡Tienes postres que preparar!
. . .
Niall está más frustrado que nunca, no puede decidirse por cual fotografía enviar a su amigo. Frotando sus párpados adoloridos por noches sin sueño, cerro la pantalla del laptop haciendo que este se golpe con el teclado y dejo caerse al respaldo de su silla.
Dispuesto a descansar cierra los ojos disfrutando al instante el hormigueo relajado, tiene un ligero dolor de espalda al pasar horas sentado allí y siente las piernas tensas.
El portátil se enciende al notificar un nuevo mail, Niall gruñe recuperando la postura para volver a su lugar. Frunce el ceño y lee el mensaje de su amigo informándole que otro hombre ha enviado su trabajo a Jordan y éste quedo fascinado con las fotografías.
Ahora tendría que tener lo más pronto posible un ejemplo de su trabajo antes que Jordan acepte otra propuesta que no sea de él. Miro el reloj de su muñeca dándose cuenta que era muy temprano, el sol estará por salir.
—Maldición— bufó.
Su móvil comenzó a vibrar dentro del bolsillo, el nombre de Louis es lo que observa en la pantalla táctil.
—¡No tengo absolutamente nada!— dijo tan pronto acepto la llamada. —Nada me convence, tengo algunas en mi laptop pero no toman mi atención— soltó aire esperando que su amigo dijera algo positivo.
