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—¿Estas listo?— había preguntado preguntó Liam al fotógrafo. —Entonces vamos— ambos salieron de la calidez del edificio.
—Tengo muchas expectativas con esto— Niall escondió sus manos en los bolsillos delanteros.
—Te gustará.
Caminaron por las calles bajo la puesta media del sol de New York, la brisa que soplaba aseguraba una próxima noche linda y el número de gente subiría para ir por un buen chocolate caliente y una película romántica.
Aveces Liam disfrutaba de mirar a su alrededor cuando tenía turno nocturno, salía y podía sentir la vibra amorosa de las parejas, gustaba de sentirse abrigado por la felicidad de los demás.
—Cuéntame de ti— Niall tuvo un escalofrío por la voz cálida de Liam.
—No hay mucho que contar, más que lo usual— hizo un gesto vago con su mano. —Deje mi casa para asistir a la universidad, me empeñe en trabajar duro para pagar mis estudios. Estuve muchas veces por darme por vencido, era una rutina tan agotadora que solo pensaba en esconderme bajo mi cama y olvidar mi vida.
—Todos tenemos que hacer un esfuerzo para lograr nuestra meta— los ojos del hombrecillo brillaron orgulloso por Niall.
—¿Y tú?— Niall tenía curiosidad por el pasado del joven padre, sin embargo se sintió un poco irrespetuoso por preguntar aquello. Aun no tenía la confianza absoluta de Liam.
El bonito chico suspiró profundamente, como si recordar fuera una herida que no ha terminado de cerrar por completo y que todavía doliera ser tan torpe.
—No tienes que contármelo— susurró cuando se detuvieron en un semáforo.
—Puedo hacerlo, Ni. Eso pasó muchos años y estoy listo para hablarlo como una experiencia— Liam tomó el brazo del hombre y se envolvió en el, caminando así en calor de sus cuerpos. —Cuando tenía diecisiete conocí un hombre un poco mayor para mi. Él fue muy lindo y detallista conmigo. Mis padres aceptaron nuestra relación porque él fue a casa pidiendo permiso en ser mi novio y me enamoro cada día más. Todo iba muy bien hasta que él comenzó a verse extraño y desaparecía de vez en cuando.
Niall deslizó su brazo a la cintura del hombrecillo, dejando que lo abrazara de igual manera. Niall quería hacerle saber que no lo juzgaría.
—Sin irme tan a detalles, descubrí que él era un hombre casado y su esposa estaba a nada de dar a luz a su tercer hijo— Liam recargó su mejilla en Niall, suspirando tristemente por eso. —El no lo negó cuando lo confronte, sólo se disculpó y se fue. Yo quede tan triste, lloré en los brazos de papá por muchos días y mamá decía que caería en depresión si no lo dejaba pasar. Un día caí inconsciente en la cocina y tuvieron que llevarme al médico, fue ahí que descubrí mi embarazo.
Niall no contesto, sólo dejó a Liam liberar aquella historia que atormentaba en silencio en el corazón tan puro. Apretó ligeramente sus dedos en la cintura, atrayéndolo más.
